El periodista Leo Zuckermann recordó una vieja anécdota del presidente López Portillo y el editorialista de Proceso, Francisco Martínez de la Vega, al responder a la crítica por haber suspendido la publicidad oficial a la revista que cuestionaba a su administración.

El mandatario fue contundente: “Yo no pago para que me peguen”.

Los funcionarios creen que el dinero del contribuyente es de ellos. El mandatario no estaba hablando de su dinero. Él no pone un sólo quinto de su bolsa para la obligatoria publicidad gubernamental. El dinero es del Estado.

Los políticos tienen una visión patrimonialista y creen que los recursos públicos son de su propiedad. De tal suerte que los manipulan a su antojo.

Lo ocurrido en México se repite ahora en Veracruz. Donde se pretende acallar las voces de los medios incómodos y de los comentaristas críticos.

Desde el inicio del gobierno neopanista retiró los contratos gubernamentales a los órganos informativos. Todo lo contrario al gobierno federal de Peña Nieto.


Un corazón de tinta


Al viejo de Maquiavelo lo tienen concentrado en la ciudad de México, consideran los directivos del Corporativo IMAGEN del GOLFO, que los acontecimientos más importantes y de mayor de relevancia política del inminente 2018 electoral ocurren en esta capital, que se ha convertido en el cerebro y el corazón de la República Mexicana.

No es problema para el columnista quien pasara más de dos décadas en la dirección de varios periódicos capitalinos, El Sol de México, El Valle y el Heraldo de México con la jefatura editorial, aunado a 18 años en las aulas de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM.

Seremos compañeros en la corresponsalía de Paulina Ríos V.

No se puede dejar en el olvido las redacciones y los compañeros redactores del antiguo Distrito Federal. Ahora son otros tiempos donde ya no existen los reporterazos como Julio Scherer, Manuel Buendía, Paco Martínez, Luis Spota y tantos otros, donde tuvimos la valiosa oportunidad de conocerlos.

El retornar a esta ciudad de México, son los permanentes viajes de ida y vuelta a los que estamos obligados a ejercer este alucinante oficio.

Un domicilio permanente no existe para el periodista. La noticia no tiene una sola dirección, no puede avecindarse y mucho menos arraigarse a un lugar, es nómada incansable a todo lo largo de su existencia.


Hay pleito en el Frente Ciudadano.


El ejemplo de rebeldía de destacadas figuras del PAN en contra de su líder Ricardo Anaya, parece que también ha contaminado al PRD y no están de acuerdo que su dirigente Alejandra Barrales, sea la única aspirante a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, hay varios miembros jefes de las tribus del Sol Azteca, que también la quieren.

Por otro lado les molesta la subordinación de doña Alejandra al cuestionado Ricardo Anaya, como si le hubiera entregado un cheque en blanco.

Sólo falta que los de Movimiento Ciudadano se opongan a las decisiones de Dante Delgado Rannauro por su desatención al caso de la gubernatura de Veracruz.