Este lunes estuvo en el norte de Veracruz el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Pero el encargado de la seguridad pública nacional no viajó a Pánuco, donde cuatro días antes fueron ejecutados el regidor quinto Juan Carlos Zamarripa Fernández y el médico Miguel Ángel Serrano Castro, presidente de la Asociación Ganadera de la colonia Piloto, cuyo atentado ocurrió curiosamente a menos de un kilómetro de un retén permanente de la Sedena.

Osorio Chong arribó a Poza Rica, donde la inseguridad tampoco ha cesado pese al generoso apoyo que la Federación le ha dado al gobierno del Estado que encabeza el panista Miguel Ángel Yunes Linares, con quien el hidalguense mantiene una estrecha relación política y personal desde que ambos eran pupilos de la maestra Elba Esther Gordillo, exdirigente nacional del SNTE. El vínculo entre ambos se reafirmó en 2015, cuando Yunes fue electo diputado federal plurinominal y presidió la Comisión de Seguridad Pública en la Cámara baja del Congreso de la Unión.

Ayer, acompañado del Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, el secretario de Gobernación refrendó el respaldo de la Federación al gobierno de Veracruz para la implementación de acciones de seguridad. Sin embargo, el titular de la SEGOB dijo ante Yunes Linares que el objetivo es generar condiciones de desarrollo y tranquilidad a nivel local pero subrayando la necesidad de que los gobiernos locales fortalezcan sus instituciones de seguridad. “La corresponsabilidad en el combate a la delincuencia representa un factor indispensable para lograr los resultados que en materia de seguridad demandan los ciudadanos”, expresó Osorio Chong, quien anunció el arribo de 200 elementos más de la Policía Federal a Poza Rica y a Rodríguez Clara, municipio en el sur del estado donde el viernes pasado aparecieron cinco cuerpos decapitados.

Hasta ahora, pese al apoyo que ha recibido de todas las fuerzas federales, el gobierno de Yunes no ha podido abatir los índices criminales en el Estado, como lo prometió hace un año en su campaña.

Precisamente en Pánuco, ya como gobernador electo, durante el último foro del Plan Veracruzano de Desarrollo 2016-2018 realizado en esa cabecera municipal en septiembre pasado, el panista advirtió al crimen organizado que “se van a encontrar a un gobernador que tiene los pantalones bien puestos y la mano muy firme para combatirlos, de correr todos los riesgos”.

“¡Ya basta de complacencias con los delincuentes, porque ya basta de desaparecidos! ¡Ya basta de homicidios, ya basta de extorsión, ya basta de pago de derecho de piso y ya basta de que nuestro Estado se encuentre en manos de la delincuencia organizada, permitido sin duda alguna por los altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública…!”

Sin embargo, él y su partido se han aliado en este proceso electoral municipal con personajes y clanes políticos bajo sospecha de estar vinculados a grupos delincuenciales.

Casualmente en Pánuco han hecho alianza con el excontralor duartista Ricardo García Guzmán y sus hijos, Ricardo y Rodrigo García Escalante, uno alcalde y el otro diputado local que recién acaba de integrarse a la bancada del PAN. En mayo de 2016, en campaña, Yunes acusó al padre de ser “tapadera” del entonces gobernador Javier Duarte y los señaló de estar ligados a células criminales.

¿El delegado estatal del CISEN, Alejandro Gómez Medina, ha informado oportunamente a sus jefes de estas complicidades políticas que se dan no sólo en el PAN sino también en otros partidos, y que tampoco se circunscriben únicamente a Pánuco sino que además se replican en diversos municipios de Veracruz?