Por Raúl López Gómez
Columna: Al pie de la letra
Lorena, ¡qué aguante!
2017-05-02 | 09:24:51
La que dicen que ya no ve la hora de quemar sus naves en Veracruz es la delegada del CEN del PRI, Lorena Martínez.

Al parecer, la fallida excandidata a la gubernatura de Aguascalientes, que es aspirante natural a una de las dos senadurías que se disputarán en 2018 en su estado natal, no quiere seguir acumulando recordatorios maternos ni mucho menos las maledicencias o maleficios que frustrados y resentidos exaspirantes del PRI a las alcaldías pudieran haber solicitado a brujos, hechiceros, chamanes y a otros charlatanes que supuestamente controlan poderes ocultos.

Y es que primero, a principios de enero, Martínez tuvo que lidiar con las cabezas de los principales grupos del priismo veracruzano para designar al sustituto de Amadeo Flores Espinosa en la presidencia del Comité Directivo Estatal del partido tricolor, y luego ha tenido que hacer malabares con el dirigente Renato Alarcón Guevara para confeccionar las 212 planillas de candidatos a alcaldes, síndicos y regidores, pues además de cumplir con el requisito legal de la cuota de género también debieron consensuar un buen número de postulaciones con sus contrapartes del PVEM, con el cual van aliados en la mayoría de los municipios.

Uno de los casos que difícilmente olvidará es el de Alto Lucero, donde inicialmente fue perfilada la extitular del Instituto Veracruzano de Desarrollo Municipal, Marilda Rodríguez, quien en esta ocasión buscaba la presidencia de este ayuntamiento que actualmente encabeza su esposo Félix Manuel Domínguez Lagunes, ya que por su municipio natal de Vega de Alatorre, que ya gobernó en una ocasión, fue registrada su hermana Maricruz por la coalición PAN-PRD.

Según trascendió, en el último encontronazo que protagonizó con la exalcaldesa de Aguascalientes salieron rayos y centellas, pues Marilda se dolió de haber sido engañada en dos ocasiones. Primero, cuando le prometieron la Secretaría General del Comité Directivo Estatal del PRI –lo que no le pudieron cumplir porque la diputada local Regina Vázquez Saut se negó a renunciar al cargo partidista reclamando que por prelación le tocaba presidir el CDE ante la dimisión de Amadeo Flores–, y luego, cuando como supuesto premio de consolación, pretendieron postularla por el municipio de Alto Lucero.

Con lo que no contaban es que para esa misma alcaldía surgió otro precandidato priista con mejores amarres políticos: Marcos Castillo López, subdelegado en Veracruz de la SEDESOL federal, dependencia del Gobierno de la República que desde hace un año realiza en ese municipio obras en beneficio de más de dos mil familias, con una inversión cercana a los tres millones de pesos.

Por ejemplo, a través del programa de la SEDESOL “3×1 para Migrantes”, que anteriormente coordinó en el estado Castillo López, se implementó en Tierra Blanca, congregación de Alto Lucero, la obra de concreto hidráulico del circuito Miguel Hidalgo, que fue solicitada por las 650 familias de esa comunidad.

Igualmente fue rehabilitado el sistema de agua potable de la cabecera municipal con una inversión de dos millones de pesos también del Programa “3×1 para Migrantes”, obra que benefició a más de mil 400 familias.

Además, los recursos del Programa Pensión para Adultos Mayores les siguen llegando completos y puntualmente a los beneficiarios de la zona de Alto Lucero.

Según se sabe, para asegurar la candidatura de Marcos Castillo, la delegada del CEN del PRI recibió un par de llamadas telefónicas, una proveniente de una poderosa Secretaría de Estado y otra del propio Comité Ejecutivo Nacional priista.

Por eso Lorena tuvo que aguantar vara ante la retahíla de improperios que le habría recetado doña Marilda.



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