Lo que viene es inesperado para los veracruzanos, los mensajes de empresarios y de miembros de la sociedad a todos los polÃticos propios y extraños, entrantes y salientes es de mesura, de concordia y de queden en sincronÃa para el presente y futuro de esta entidad.
Que ya por favor dejen las amenazas para otra ocasión y que actúen como personas civilizadas y profesionales que son en diversos temas.
Las confrontaciones ya que queden en el pasado y esperar a que se cumplan los tiempos polÃticos para que se de una transición en el gobierno estatal sin estridencias y en paz.
Las acciones venideras que las hagan pero en el más sigilo ético y que se le de un toque de legalidad, pero cuando se esté en funciones el nuevo ejecutivo estatal.
Los formatos de proceder y actuar ya le son conocidos, cuando se disfruta de meter a la cárcel a los ex funcionarios públicos y personalidades de la sociedad civil, ya sucedió en el gobierno de Patricio Chirinos y la persecución en contra de Dante Delgado y sus colaboradores en años pasados, no se olvida.
Las acciones legales que se lleven a efecto pero de forma confidencial y sin andar haciendo ostentación de las amenazas y cacerÃa de brujas. Alarde del poder y aun no se tiene en funciones.
Los empresarios del estado de Veracruz, lo que quieren es trabajar y que el clima de seguridad prevalezca para el impulso de fuentes de empleo.
Ya que se acabe el odio y el rencor, porque ya terminaron las campañas polÃticas, ahora sólo queda esperar y orar para que esto no se recrudezca.
Los espacios mediáticos también deben hacer su parte sin sensacionalismo y amarillismo, para que ya no se procure tanto amarrar navajas entre unos y otros.
La paz y la concordia es lo que demandan los veracruzanos, sobre todo en una época de crisis como la que se vive en todo el paÃs y en donde todo está al borde del colapso, y a punto de entrar a una situación como la que se viven en paÃses como Venezuela, Colombia, Brasil y Argentina, sin dejar de lado otros paÃses afectados por el mesianismo de los polÃticos, cada vez más desprestigiados. Asà las cosas.