@magzamu

Un gobierno que justifica la violencia no tiene cabida en un estado de derecho, pero aquí en Veracruz como él mismo titular del poder ejecutivo lo ha dicho “no pasa nada” y efectivamente nada ocurre, todo se olvida, se le apuesta al tiempo y siempre resulta victorioso pues las violaciones a derechos humanos, homicidios y corrupción se olvidan; tal vez por ello el enojo de Javier Duarte se expande, se transpira tras los resultados del pasado 05 de junio, pues no estaba acostumbrado al castigo popular.

El encono de un pueblo que apostó por su enjuiciamiento llevó a la victoria a Miguel Ángel Yunes Linares y eso ha dolido profundamente al priista, quien desesperado y prácticamente desorientado quiere cerrar toda posibilidad de acción al próximo gobierno panista. Antes de irse quiere entregar inmuebles que le pertenecen a los veracruzanos como el WTC al IPE, así como reducir el presupuesto gubernamental y dotar de poder a instancias como la Fiscalía General del Estado, peor aún el nombramiento –ya celebrado- de un fiscal anticorrupción a modo como lo es Francisco Portilla y la ridícula pretensión de querer imponer una sala anticorrupción en el Poder Judicial de la entidad ¡y todavía se vanagloria de una supuesta autonomía!

Esa irritabilidad de Javier Duarte lo ha llevado a cometer absurdos y excesos como el de ayer en el congreso del estado al enviar a la agrupación política de los 400 pueblos a agredir al Gobernador Electo Miguel Ángel Yunes Linares; él claro ¡niega lo innegable! Pero los veracruzanos conocen la realidad y saben de los intereses de dicha organización, pero además de la negación, justifica la violencia y argumenta una soberanía del pueblo que reside en el congreso, argumentando así–según el- la inviabilidad de que el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, el presidente de la comisión de Procesos Electorales del PAN, Santiago Creel y el Gobernador Electo, Miguel Ángel Yunes Linares acudieran al Congreso del Estado para solicitar no se aprobara la llegada de un priista a modo en la fiscalía anticorrupción.

Pero sí realmente en Veracruz la soberanía radicará en el pueblo, entonces otra historia le cantaría a los ciudadanos, pero aquí el autoritarismo y la intromisión del Gobernador en el Congreso del Estado –donde la mayoría es priista- ha sido más que evidente; no hay referencia alguna que muestre que el gobierno de Javier Duarte realmente escucho a los veracruzanos para imponer sus leyes, sus nombramientos, endeudamiento y demás acciones dolosas, mientras los diputados priistas solo han limitado a aprobar lo que su jefe político les ha instruido aprobar.

Hoy a conveniencia ¡claro esta! el Gobernador en turno dice que “la representación soberana del pueblo veracruzano reside en el Congreso del Estado. Sus determinaciones y tiempos no pueden obedecer a presiones de ningún actor político o partido alguno, máxime cuando se trata del cumplimiento de un deber constitucional”.

Sin duda se mordió la lengua Javier Duarte pues él siempre ha dado un uso político al Congreso; dice el que la democracia reside en el respeto de las decisiones de las mayorías, “y la vida parlamentaria en el Congreso del Estado simboliza precisamente eso”. Se requierecinismo para pronunciar un doble discurso y a conveniencia sin pudor alguno. Lamentablemente aquí en Veracruz ello ya es una constante.

Del tema, la dirigencia nacional del PRI no respaldó el discurso del gobernadorJavier Duarte, al considerar éticamente incorrecto que se promuevan acciones para evitar procesos legales en su contra una vez que deje el cargo el próximo 1 de diciembre. La presidenta nacional del PRI, Carolina Monroy, señaló que “a los ojos de todos, no son momentos para tomar decisiones de tanta trascendencia. Este es un gobierno que se encuentra en proceso de transición. Esta de salida y creo que generar las mejores condiciones para que esa transición sea tersa, suave y responsable frente al ciudadano, es lo trascendente y lo fundamental”.

Ayer la agresión se suscitó al concluir la conferencia de Yunes Linares, a quienes los 400 pueblos arrojaron piedras y demás objetos, golpeando a personal de seguridad y hasta reporteros y demás personas que se encontraban en el lugar, los vehículos también resultaron con daños como vidrios rotos y abolladuras. Tras los hechos el Gobernador Electo exigió la renuncia de Javier Duarte a quien acusó de tener una enfermedad mental y solicitó también la salida del Fiscal General,Luis Ángel Bravo por negarse a investigar los hechos de violencia de los que fueron objeto la tarde del miércoles ¡así las cosas en Veracruz!