Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
El fenómeno político veracruzano
2016-02-10 | 21:49:14
La rebelión en la aldea veracruzana en la era del ciberespacio ha sido producto de la escasez presupuestal y precisamente en las áreas destinadas a la prensa se han cerrado las llaves y por lo mismo, muchos de los “presupuestivoros” mediáticos y de grupo se han cambiado de camiseta y ahora no ocultan los colores a los que les sirven en el campo político. .

La situación de imagen se le ha complicado al gobernador Javier Duarte, toda vez que muchos de los aliados en materia de comunicación y de ideología partidista se han ido ante la escasez de recursos económicos.

Duarte ha sido cauto y se ha mantenido estoico ante la ola de embates de orden mediático en casi todo su mandato y que como ha sido costumbre y ya muy conocido en el último año del mandato en el estado más politizado del país, casi todos los medios se convierten en feroces detractores a tal grado que se muestran las turbulencias informativas.

En todos los mandatos cuando llega el fin del sexenio, grupos priistas y opositores comienzan a moverse en la “rebambaramba” de la sucesión estatal y se dan todo tipo de acciones de carácter ideológico con fines de ascender al poder estatal.

En el momento histórico que vive el estado de Veracruz en la actualidad el gobernador Duarte, ha sido firme en sus convicciones y decisiones, porque como lo dijo desde el principio de su mandato, “le tocó bailar con la más vea”, en la metáfora de los adeudos presupuestales que se fueron acumulando de los dos últimos sexenios.

Por lo tanto la deuda financiera que arrastra el gobierno del estado de Veracruz, ha sido en la misma condición, las problemáticas que enfrentan las diversas entidades federativas.

Con la participación en el gobierno estatal de dos personajes experimentados en la política y las finanzas, como lo son Flavino Ríos, en la secretaría de gobierno y Antonio Gómez Pellegrin, en Sefiplan se dan avances significativos en las mesas de diálogo para solucionar asuntos políticos, económicos y de seguridad.

En la memoria colectiva existen todos los precedentes de la situación que el gobernador y sus colaboradores viven en el último año de su mandato.

Las condiciones han sido las mismas de un estado de mucha pujanza económica, por ejemplo en los principios de los ochentas se vivió el fin del gobierno de Agustín Acosta Lagunes con los efectos de un mandato muy explosivo y que se operó hasta el final de forma firme y cautelosa. La desaparición de los poderes estatales formó parte de las presiones mediáticas y políticas que fueron superadas.

Con muchos problemas en temas de seguridad, procuración de justicia y prensa, en donde el gobernador Acosta Lagunes, hizo varios cambios desde el inicio de su mandato, desde las áreas de la secretaría de gobierno, seguridad pública, finanzas y otras de las operativas de primer nivel. Al final se dio la misión cumplida.

En los muchos cambios en el gabinete de AAL, el contador Mario Tejeda, concluyó como director de industria y comercio, Felipe Amadeo Flores, como secretario de gobierno, Mario Enrique Escobar, como director de seguridad pública, Angel Leodegario Gutiérrez Castellanos como director de prensa, Dante Delgado, subsecretario de gobierno y José Luis Pérez Chow en la tesorería.

Fueron cuatro personajes los que ocuparon la dirección de seguridad pública: Inocencio Jerez Treviño, El teniente Coronel Mario Arturo Acosta Chaparro y Escapite, Felipe Amadeo Flores Espinosa y concluyó el famoso Betín Mario Enrique Escobar Escobar. También Felipe Capitaine, después de ser subjefe de acción social pasó a ser jefe de ayudantes.

En aquel tiempo la situación no es diferente a la actual, y en igual forma con todos los gobierno anteriores, la única diferencia con el momento presente es que cambiaron las comunicaciones, apareció el internet y las redes sociales con la computadora, las tablets y los teléfonos inteligentes, la gente informa a la velocidad de la luz y en tiempo real. Cambió el paradigma de la comunicación y por lógica las demandas económicas.

Por eso no debe extrañar ahora que hasta en la UV existe informidad por falta de recursos, pero el tema de va a resolver pronto en las arcas de quienes operan la universidad pública.

Desde los últimos diez gobernadores del estado de Veracruz: Fernando López Arias, Rafael Hernández Ochoa, Rafael Murillo Vidal, Agustín Acosta Lagunes, Fernando Gutiérrez Barrios y el cuatrienio de Dante Delgado, Patricio Chirinos, Miguel Alemán, Fidel Herrera y ahora Javier Duarte, el fenómeno político y social, principalmente del último año del mandato han sido el mismo, estilo no ha cambiado de mucha carga en las emociones y pasiones de la política y las pretensiones de líderes y ahora con mayor avance en las comunicaciones la gente se informa al minuto de todo lo que acontece en el mundo hasta en segundos. Lo que cambia ahora es que existe mayor oposición y sueñan con sacar al PRI del palacio, pero apenas eso está por verse.

Aquí los electores son los que votan y no los medios. El voto duro del PRI es el que decide y aunque hasta desde las cuentas de algunos analistas histéricos convoquen a no votar por el candidato del PRI, en aras de un supuesto voto útil, la reflexión es que en estos lares la gente no le va a hacer caso a un desconocido y que menos a quien no sabe de la verdadera dimensión de la política veracruzana y de sus actuales actores políticos que anhelan llegar al gobierno estatal. Así las cosas.

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