Por Catón
Columna: De política y cosas peores
El ajedrez
2015-09-02 | 09:45:09
Don Valetu di Nario, caballero de edad
más que madura, preguntó en la farmacia
si tenían Viagra. “Sí tenemos -respondió el
encargado-. ¿Cuántas pastillas quiere?”.
Respondió don Valetu: “Necesito solamente
un cuarto de pastilla”. “¿Un cuarto de
pastilla?” -se sorprendió el farmacéutico.
“Sí -confirmó el maduro señor-. Nada más
quiero que me alcance para no mojarme los
zapatos cuando voy a mear”...
Si no crees en la suerte ¿cómo explicas
el éxito de tus amigos?...
La suegra de don Poseidón, granjero
acomodado, fue a visitar a su hija. Sucedió
una tremenda desgracia: la mula le dio una
coz a la señora, y la envió al otro mundo.
En el funeral el padre Arsilio, párroco
del pueblo, advirtió algo que le extrañó
bastante. Las mujeres le decían algo a don
Poseidón, y éste asentía con la cabeza. Por
el contrario, cuando los hombres le decían
algo él negaba también con la cabeza.
Fue y le preguntó al granjero la razón
de aquello. Explicó don Poseidón: “Las
mujeres me dicen: ‘¡Qué tragedia!”, y yo
respondo con la cabeza: ‘Sí’. Los hombres
me dicen: ‘Préstame la mula’, y yo respondo
en la misma forma: ‘No’. Y es que ya la tengo
comprometida para todo el año’”...
Los entendidos aseguran que los
cambios hechos en el Gabinete por Peña
Nieto tienden a organizar las mesnadas
del prigobierno con vistas a la elección presidencial.
Algunos analizan esos extraños
movimientos en igual forma que se analiza
una partida de ajedrez, e incluso utilizan
algunas expresiones propias del juego, como
“enroque”, “movimientos de peones” y otras
semejantes.
El sabio maestro don Alfonso Alveláis
Carballeda, maestro mío en el glorioso
Ateneo Fuente, de Saltillo, solía decir que
el ajedrez es demasiado juego para ser una
ciencia, y demasiada ciencia para ser un
juego.
Otro juego hay que se llama la política.
No se sujeta a ninguna ley científica -me
pregunto de dónde diablos sacarían eso de
“ciencias políticas”-; antes bien obedece a
los instintos y ambiciones de los hombres,
a sus pasiones y apetitos, a las cambiantes
circunstancias de su espacio y su tiempo.
Por eso no puedo descifrar como hacen
otros el oscuro sentido de las mudanzas
hechas por el Presidente. Saquen ellos
sus conclusiones e iluminen el camino del
profano.
Yo me limito a repetir lo que dijo hace
tiempo un político priista a propósito de
las elecciones en San Pedro Garza García,
municipio conurbado con Monterrey,
tradicionalmente gobernado por el PAN.
Dijo el citado priista: “Si el PRI postulara al
Espíritu Santo como candidato a alcalde de
San Pedro, ni aun así ganaría la elección”.
Lo más probable es que el PRI se vea
en el mismo caso en la elección del 2018,
a pesar de todos los cambios hechos por
el Presidente, y los que en el futuro pueda
hacer. Para colmo, todo indica que el Santo
Espíritu no está con él...
Clamaba un cierto marido: “¿Cómo es
posible que mi esposa pueda ver un cabello
rubio en mi solapa a 30 metros de distancia,
y cuando estaciona el coche no vea el poste
que está a 30 centímetros?”...
Don Chinguetas insistía en ir a la playa
nudista. Para justificar su deseo le dijo a su
esposa, doña Macalota: “Ahí las muchachas
no llevan esos brevísimos bikinis que tanto
te molestan”...
La abuelita le preguntó a su nieto adolescente
qué había aprendido ese día en
la escuela. Respondió el muchacho: “El
maestro nos habló de la masturbación”.
Esa palabra le sonó a la anciana como un
cañonazo en la oreja. “¡Grosero! -le dijo al
chico al tiempo que le propinaba un fuerte
mamporro-. ¡Se me va a su cuarto!”.
El nieto, desconcertado por la violenta
reacción de su abuelita, obedeció. Fue la
anciana y le contó a su hija lo que había
sucedido. “Pero, mamá -le dijo la mamá
del muchachillo-. Se trata de la clase de
educación sexual. Ahí es normal que se
hable de esas cosas. Hiciste mal en castigar
al niño. Deberías ir a disculparte con él”.
La abuela, apenada, se dirigió de inmediato
al cuarto de su nieto. Abrió la
puerta sin llamar y ¿qué vio? Al muchacho,
ocupado en un placer solitario muy propio
de su edad. Al verlo así le dijo tratando de
actuar con naturalidad: “Acnerito, tengo
para ti una rica rebanada de pastel. Ve por
ella cuando acabes de hacer la tarea”... FIN.


MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
A los 40 años de su edad John Dee
abandonó el estudio de los astros.
Era el mayor astrónomo de Europa.
Conocía el curso de las constelaciones;
predecía los eclipses con exactitud.
Cada año el rey le pedía que le hiciera
su carta astrológica, y conforme a ella
gobernaba sus dominios.
Sucedió que un día aquel gran sabio
conoció a una muchacha del pueblo.
Se enamoró de ella y la desposó. Desde
entonces ya no tocó su telescopio, que
quedó arrumbado en un rincón, lleno
de polvo.
Decía John Dee:
-Ya no necesito ver la bóveda celeste.
La frente de ella es mi cielo. Sus ojos
las estrellas. En sus cejas está el arco
de la luna. Su cuerpo es un ardiente
sol. En ella residen todos los zodíacos.
Su palabra y su risa son la música de
las esferas. Cuando está triste por mi
culpa la luz se eclipsa en mí.
Así hablaba John Dee. Y añadía
luego:
-En el amor cabe toda la vastedad
del universo. En la mujer amada están
todas las astronomías.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“... Suben los precios...”.
La carestía es evidente.
Solamente las mentadas
continúan abaratadas:
todavía están a veinte.

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