La secretaría de Finanzas le quedó grande al ex Contralor, Mauricio Audirac Murillo. Y para muestras el descontento generalizado contra la dependencia de donde se deben cumplir los compromisos de pago a proveedores y realizar adquisiciones para el gobierno estatal.

Es la dependencia más cuestionada, muy diferente a lo ocurrido en el gobierno de Fidel Herrera y del inicio de la administración de Javier Duarte. Quienes han pasado a ocupar el cargo que dejara el ahora gobernador simplemente no han podido con el paquete.

Si bien el asunto tiene su origen en la falta de liquidez y la escasez de recursos del gobierno federal, aunado a los saldos de intereses por los créditos que enfrenta el estado, también son razones de sensibilidad política las que no han permitido sobrellevar tan delicada función.

El miércoles los empresarios tenían agendada una cita en la secretaría para tratar el tema de los adeudos del gobierno, al parecer una confusión hizo que se adelantaran en la audiencia.

Según las versiones la reunión estaba programada para las 8 de la noche, pero a las 11 los empresarios se hicieron presentes en la oficina de Mauricio Audirac, quien se encontraba en la sala de juntas atendiendo otra reunión.

Minutos después de que no salía el funcionario por atención a ver a los demandantes de su presencia, solo a través de sus asistentes mandó a decir que no era la cita a la hora acordada, puesto que los esperaba por la noche. Fue cuando pidieron a los empresarios se retiraran, y estos ya de por si molestos arremetían en las oficinas de Finanzas contra el responsable por no atenderlos.

Fue entonces cuando un queda bien, como suele ocurrir, y ante la ausencia y falta de tacto de Audirac, acostumbrado a actuar con prepotencia y como santa inquisición, decidieron pedirle a la seguridad que retirara a los hombres de negocios que solo iban a reclamar sus pagos.

"Lo de hoy no tuvo nombre, no somos delincuentes, no podemos permitir que los guardias nos quieran sacar del brazo, no nos dejaban pasar, no nos dejaban acceder a ciertas áreas. Solicitamos seriedad en el trato", esto dirían más tarde ante los medios de comunicación en voz del presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Rafael Fentanes.
Los ofendidos presidentes de las diferentes cámaras empresariales fueron Rafael Núñez (ACEVAC); Juan Carlos Stivalet (CCEX); Ernesto Pérez Astorga (CANACO); Jesús Castañeda Nevárez (CCE); Carlos Abreu (CANACINTRA); Rafael Fentanes (CMIC); Octavio Jiménez (COPARMEX); Leonor de la Miyar y Augusto Zamora Lara (consejero COPARMEX).

El incendio empresarial se pudo haber apagado solo con un gesto de humildad del que fuera voraz titular del Orfis, causando así, serios problemas a las relaciones del gobernador Javier Duarte con un sector tan importante para el desarrollo económico de la entidad, y a quien el mismo mandatario reconoce y elogia cada vez que siente son merecedores.

Audirac le da al traste a la política de quien encabeza este gobierno , y en nada ayuda a la estabilidad, de por si un tanto tensa en el sentido de reclamar la liquidez de adeudos, pues al verse amenazados en la situación financiera de sus empresas puede derivar en la cancelación de fuentes de trabajo.

Afirman que nada fácil ha sido para el que se decía experimentado servidor público atender la dependencia, y seguramente más complicado le será cerrar la puerta tras los dos años venideros en los que terminará este sexenio. Ya no piensa lo mismo.

Prueba de ellos es que el semblante y estado de ánimo del funcionario el año pasado a unas semanas de haberse ungido como flamante secretario de Finanzas se ha traducido en un rostro desencajado, nada feliz, con el trabajo encomendado. Y como decía el conductor de television, Raúl Velasco, aún hay más.

Así que no le queda otra más que cambiar de actitud, quitarle golpes a su jefe el gobernador y dejar de quejarse de los regaños de éste. Con pifias como la cometida con los empresarios, como pretende que no le digan nada.

Pues de lo contrario, tendrá el mismo destino que su antecesor Fernando Charleston que terminó con severos síntomas neurológicos, y hasta en tratamiento terapéutico.

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