En estas fechas de fin de año; en las cuales los sentimientos se hacen cálidos y transparentes y en donde la mercadotecnia se vuelca cada vez más hacia nuestra sociedad y la hace presa fácil.

No importando cual sea la condición económica, la cena no puede faltar; en todas las familias que sin duda alguna se deleitaran con exquisitos platillos, como bacalao noruego, pavo relleno, pierna de cerdo y pollo en todos sus guisos y variedades.

Los tradicionales romeritos, no pueden faltar. Y en algunos hogares tendrán que ajustar su presupuesto y disfrutaran lo que para ellos no signifique sacrificar mucho su bolsillo. En donde los tamales, las tostadas, empanadas, frijolitos, el clásico mondongo (menudo) los frijoles charros y el pozole, el mole y otras suculentas viandas son parte de las mesas de las familias que estarán listas a esperar el año nuevo 2015 con mucha música y baile.
Lo que si se vive siempre en estas fechas sin distinción de clases sociales ni culturas es la expectativa de lo que traerá consigo este finalizar de año y un nuevo comienzo.

Anteponiendo ante todo el amor, el cariño que implica el reunirse con los seres más queridos y ver reflejados en cada uno de ellos una sonrisa de satisfacción y alegría. La gente se prepara para comprar un poco de ropa y desde luego las maletas para los que quieren pasear todo el año y los “chones” rojos que para la buena suerte.

Al fin son muchas las cábalas y sobre todo los nuevos propósitos de quienes a partir del primer día del año nuevo se proponen desde bajar de peso, buscar trabajo, ser más puntuales, o cuidados con la salud, cumplir los anhelos y pendientes de toda una vida que y siempre son parte de una larga lista de propósitos que se quedan para la posteridad.

Lo importante de la espera de las doce campanadas que marcan el fin de año y el inicio del nuevo que comienza da una sensación de dar gracias al Creador en primera instancia por la oportunidad de seguir en este mundo en la brega y también recordar a los que ya no están para la celebración pero muy presentes en el recuerdo vivo de la memoria de sus familias.

Los brindis con una cena al estilo de cualquier condición social y económica nada tienen que ver con una celebración mundial en donde los mensajes son de esperanza y de cambio siempre para el nuevo año.

Las bebidas embriagantes que fluyen hasta el abuso en muchas ocasiones y los excesos en el consumo de alimentos muy condimentados y bañados en grasa, inundan también los hospitales por el abuso de quienes se exceden en el festejo.
En el recuento de los daños, muchas situaciones adversas y no muy gratas para la memoria colectiva en este año de éxito de las famosas reformas estructurales que dejaron de brillar en el orbe luego de los reconocimiento de la comunidad internacional a un avance legislativo en materia de energía, educación y reforma del estado.

La sensación en todo el país de que los ciudadanos, la gente es rehén de las autoridades de todo tipo que esquilman al pueblo en todo lo que pueden. Es parte de un compromiso de solución de una problemática de ausencia de justicia y del anuncio de un pacto de legalidad por parte del presidente Enrique Peña Nieto, que se ve como una luz al final del túnel.

Una gran generalidad percibe que se busca desde el poder público perjudicar a todo lo que se mueva en donde la sociedad civil es víctima de la gente del poder político, del poder empresarial, de los bancos y de las cúpulas de poder, ávidas de dinero para aumentar fortunas que nunca podrán terminar de gastar y que acumulan como si se tratara de un deporte en el día a día.

En donde la gente está cansada, porque se rebasa el estado de derecho y de nueva cuenta el regreso de la ley de la selva o del imperio del más fuerte. En donde nadie puede decir o quejarse de los atropellos de los “servidores públicos” que dominan las diversas instancias de gobierno en un malestar general en donde desde los partidos políticos, todos son malos para la percepción de la gente y ahora las famosas candidaturas ciudadanas quedarán como un sueño incumplido porque no hay reglamento para las mismas.

Los bancos en este país que ya tienen licencia para matar con sus cobros de intereses desmedidos y de una banca que cobra a sus clientes hasta por respirar y con los más elevados costos en sus servicios.

Se trata de un año que pudo terminar con el brillo de los reflectores para los políticos, para los diputados y senadores, y dirigente de los partidos políticos beneficiados con sus dietas y prerrogativas en donde a partir de este año se suma a esa casta de privilegiados, el famoso Peje Andrés Manuel López Obrador con su famoso partido Morena.

En la desproporción de salarios de los jueces, magistrados y ministros del poder judicial de la federación que obtienen pagos que rebasan a la fantasía y a la imaginación.
Pero además piden también justicia para los que menos tienen y que se respete a la legalidad.

Nunca antes se había llegado a la desesperación y a tanta tristeza de la gente en México como un país en donde todo escapa ya a la posibilidad de asombro. Desde la ausencia de valores humanos y morales, ética y de toda convicción del bien común y de lograr una convivencia pacífica y armoniosa.

El 2015 será un año de elecciones en donde desde los partidos políticos y las famosas candidaturas ciudadanas estarán buscando los triunfos para lograr la mayoría en la Cámara de Diputados.

En el estado de Veracruz las disputas políticas serán intensas en donde se presenta el fenómeno mediático informativo muy especial de que algunos medios de comunicación son aliados y adeptos de forma abierta de la ideología de grupos políticos y de poder político, además del endurecimiento de multas y acciones de represión del gobierno estatal en contra de la gente que requiere de conducir y tener un automóvil o medio de transporte automotor condenados a multas impagables con los que obtienen el salario mínimo o no lo tienen.

La sangre llegará al río, es algo que se debe evitar y en esta ocasión se ensombrece una elección con aspectos de la búsqueda del poder por el poder en una guerra fratricida entre padres e hijos, y entre quienes a toda costa buscarán ser la mejor opción mostrando virtudes que no se tienen y compromisos sociales, cuando nunca han caminado y pisado la tierra a ras del suelo.

Hace falta en la gente de todos los sectores de la población mayor humanismo, mayor compromiso de respeto y sobre todo incrementar valores que persigan transformar el desequilibrio social por la de mejores opciones de convivencia. El hedonismo y lo superfluo invade a hasta los líderes espirituales ausentes también en este compromiso y sólo preocupados por la venta de indulgencias en todas las iglesias y religiones. Nadie hace algo para evitar una lucha de todos contra todos. Así las cosas.