Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Graves predicciones
2014-12-26 | 09:46:27
Se hacía una encuesta sobre sexualidad en
el varón. Una de las jóvenes encuestadoras
le preguntó a un señor: “¿Qué es más importante
para usted, el tamaño o la técnica?”.
“La técnica, desde luego” -contestó el caballero
sin dudar. La muchacha se volvió hacia
sus compañeras y les gritó: ¡Chicas! ¡Anoten
a uno más de picha corta!”...
Nalgarina Grandchichier, vedette de moda,
usaba invariablemente medias negras.
Un reportero quiso saber por qué. Explicó
la Grandchichier: “Es en memoria de todos
los que han pasado al más allá”...
Himenia Camafría, madura señorita
soltera, les contó a sus sobrinos: “Varias
veces he estado a punto de casarme. Nada
menos el año pasado pude haber tenido a un
hombre con 10 millones de pesos”. Preguntó
una de las sobrinas: “¿Y por qué lo dejaste
ir?”. Respondió con tristeza la señorita Himenia:
“¿De dónde iba yo a sacar 10 millones
de pesos?”...
Don Algón, ejecutivo empresarial, entrevistó
a la guapa joven que solicitaba el puesto
de secretaria. “Dígame, señorita Pompilia:
¿tiene usted facilidad de palabra?”. “Sí señor
-respondió ella con sonrisa insinuativa-. La
única palabra que se me dificulta mucho
pronunciar es ‘no’”...
Ominosas son las predicciones sobre la
economía del año que ya viene. Los expertos
aseguran que, lejos de mejorar, las condiciones
económicas de México se pondrán aún
más difíciles en el 2015.
Acerca de esto hay un proloquio que puede
servirnos de confortación: “De que Dios
dice: ‘A barrer’, del Cielo caen escobetas”.
Eso significa que el Señor manda la prueba,
pero envía también los medios para hacerle
frente. Si trasladamos esa aseveración a los
terrenos laicos diremos que hay formas de
enfrentar las calamidades de orden económico.
La grande y generosa ciudad de Monterrey
es lo que es gracias a un lema de sólo tres
palabras: “Trabajo y ahorro”. Quienquiera
que aplique esa sencilla fórmula tendrá un
margen mayor de seguridad económica y de
posibilidades de prosperidad que quienes
no la apliquen.
Desde luego es muy difícil poner en
práctica ese método en un país como es
actualmente México, donde no se están
creando nuevas fuentes de trabajo y donde
la carestía y la inflación hacen imposible la
práctica de esa virtud, la del ahorro. Pero si
volvemos a lo básico -eso fue lo que hicieron
los regiomontanos que forjaron la grandeza
de su ciudad- podremos capear el temporal.
Después de todo hemos vivido largos
años de crisis económica, que dura ya, según
opiniones de entendidos, desde Acamapixtli
hasta la fecha, vale decir desde 1367 hasta
hoy. Y sin embargo aquí seguimos.
Lo que debemos hacer es no dejarnos
ya de esa casta política que nos impone sus
condiciones, nos oprime y nos hace trabajar
como macehuales para mantenerla; para
pagar el alto costo de los partidos, partiditos,
partidillos y partidejos, y de esa excesiva
cáfila de diputados y senadores, muchos de
los cuales ni siquiera tuvieron que pasar la
prueba de las urnas, y cuya voracidad de
bonos, prebendas, canonjías y aguinaldos
es insaciable. Y ya no digo más porque estoy
muy encaboronado...
Doña Burcelaga tenía una criadita de
muy buen ver y de mejor tocar. En cierta
ocasión las amigas de la señora fueron a
merendar en su casa, y no pudieron menos
que notar los evidentes atractivos corporales
de la chica, de los cuales, además, ella hacía
ostentación, pues vestía de modo que por
arriba se le veía hasta abajo, y por abajo se
le veía hasta arriba.
Una de las visitantes le preguntó a doña
Burcelaga: “¿No te preocupa tener en la
casa una muchacha tan buenota? Podría
gustarle a tu marido”. “Y le gusta -respondió
Burcelaga-. Pero eso a mí me conviene: sirve
de motorcito de arranque”. (No le entendí)...
Aquel señor regresó de un viaje antes de
lo esperado, y su pequeña hija lo recibió con
una extraña pregunta intempestiva: “¿Verdad,
papi, que aunque a Santa Claus no le
hayan alcanzado los juguetes para darles
a todos los niños del mundo no debe sentir
vergüenza ni esconderse?”.
“Claro que no, hijita” -contestó el señor,
algo extrañado al oír esa extraña cuestión.
Su extrañeza se disipó del todo cuando la
niñita se volvió hacia su nerviosa mamá y le
dijo alegremente: “¿Lo ves, mami? ¡Anda,
ve a decirle a Santa Claus que ya puede salir
del clóset de tu recámara!... FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
¿Quién fue el anónimo filósofo,
teólogo eminente, conocedor profundo
de la naturaleza humana -y la
divina- y además artesano de gran
mérito que hizo esa figurilla que
está en mi Nacimiento?
Representa al ermitaño en su
cueva. Arriba, de pie sobre una roca,
el ángel canta su “Gloria a Dios en
las alturas...”. Abajo una pastora de
abundoso tetamen lava ropa en un
pequeño arroyo de papel plateado.
El ermitaño tiene un ojo puesto en
el ángel y el otro en las mórbidas
redondeces de la lavandera.
De barro estamos hechos los
humanos, igual que el ermitaño.
Vivimos con un ojo puesto en el
sinuoso gato de las tentaciones terrenales
y el otro en el complicado
garabato de lo eterno. Por eso quiero
mucho a mi ermitaño, y lo coloco
en sitio destacado dentro del mínimo
paisaje navideño. De ese modo
pongo en mi Nacimiento un poco de
autobiografía.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“...Termina el 2014...”.
De problemas un sinfín;
tragedias, violencia y daño.
Ya va a terminar el año...
Y muchos dicen: “¡Por fin!”.
una noche retebuena.

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018