Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
El problema migratorio y las ‘soluciones’ indignantes
2014-08-28 | 09:35:06
«En toda acción e intención, en todo fin
y en todo medio, trata siempre a cada
uno - a ti mismo y a los demás- con el
respeto que le corresponde por su
dignidad y valor como persona», un
principio que deriva de la dignidad
humana, constituida en el derecho internacional
como un derecho humano,
es decir, hoy en día no solo en una base
en nuestro sistema legal mexicano, sino
en el mundo entero, así lo advierten los
tratados internacionales y así lo confirma
nuestra constitución política tras
las reformas de 2008, 2011 y 2014.
El tema me asalta la mente cuando
escucho las medidas de autoridades
federales, consentidas por instancias
estatales y municipales, referentes al
problema de la migración.
En estos días he leído y escuchado
notas informativas, que me sacuden
considerablemente y es que -al igual
que casos de periodistas críticos a los
que se les trata como líderes de la delincuencia
organizada, dejando a un lado
sus derechos humanos y su dignidadobservé
cómo éste trato humillante es
un fenómeno que se extiende y que lejos
de los discursos crece sin el menor de los
reparos; en su mayoría y a manera muy
general, los ciudadanos conocemos las
causas de la migración y ellas siempre
van encaminadas a la falta de oportunidades
y a la búsqueda de mejores
condiciones de vida, a las que todo ser
humano tiene derecho.
La falta de oportunidades se han
convertido en un expulsor automático
de personas que van en busca del sueño
americano, la inquietante migración
que azota a los países de la región centroamericana
tiene motivos que están
por demás expuestos, la crisis económica,
la inseguridad pública y jurídica
y la escases democracia, lo que impide
la generación de ingresos para invertir
en generación de empleos, mejora de las
condiciones laborales, prevención de la
violencia, progreso de los servicios de
salud y educación pública, entre otros
factores, luego entonces el circulo de
la pobreza arroja a miles de personas
e emigrar en busca de ingresos que les
permitan vivir con dignidad.
Es así como podemos entender
que el problema de la migración no se
resuelve de otra manera que corrigiendo
las condiciones de cada uno de los
países y otorgando a sus gobernados
mejores condiciones de vida –pero ello
cuesta reconocerlo a los gobiernosque
han arrojado a segundo plano
los temas, acciones y programas que
permitan una mejor utilización de los
recursos públicos, así es que tomando
en consideración lo antes expuesto,
resulta ofensivo, humillante, indignante
y hasta criminal que ahora los
tres niveles de gobierno, crean que el
fenómeno de la migración en los países
centroamericanos se culmine, acelerando
la velocidad del tren (bestia)
donde los centroamericanos suelen
transportarse o bien evitando que estos
suban al lomo de dicho transporte
ferroviario.
Leía con incredulidad como se
anunciaba una “solución” ofensiva y
violatoria de derechos humanos, a un
problema de fondo que se tiene que
atender con seriedad y compromiso de
los gobernantes; así de manera indignante
se decía “el gobierno planea una
mayor vigilancia y cambios a la infraestructura
ferroviaria para incrementar
la velocidad del tren de carga en el sur
de México- para reducir la migración de
centroamericano, ¡hágame usted el favor!,
¿de quién sería tan brillante idea?,
seguramente desconocen los tratados
internacionales de los que México
forma parte donde queda totalmente
prohibido ese trato a quienes antes que
migrantes son seres humanos.
Así autoridades federales y locales
avalaron acciones encaminadas –según
ellos- a que los migrantes dejen
de subir al tren, combatir el tráfico de
personas y reforzar la seguridad en vías
e instalaciones ferroviarias.
Entonces el gobierno de México
consideró endurecer las medidas para
impedir a los migrantes el uso de “La
Bestia”, pero esa no fue la peor noticia,
lo más aberrante fue escuchar cómo se
anunciaron inversiones por más de 6
mil 58 millones de pesos para aumentar
la velocidad del tren, con el propósito
de impedir que los migrantes “utilicen
un tren que no es de pasajeros, sino de
carga” y “evitar con ello accidentes”.
Miles de migrantes, sobre todo
centroamericanos, cruzan cada año
por territorio mexicano para intentar
llegar a Estados Unidos, muchos de
ellos incluyen en su “travesía” viajar
encima de vagones de trenes desde el
sureste hasta el norte, en los cuales son
víctimas de extorsiones y asaltos por
parte de bandas.
Este año se dio cuenta de sesenta
mil niños detenidos por autoridades
estadunidenses en tan solo nueve meses,
tras intentar cruzar ilegalmente la
frontera solos, lo cual refleja sin duda
una crisis humanitaria que puede prolongarse
con el tiempo y trastornar muchos
capítulos de la vida de México y el
resto de las naciones de Centroamérica.
En resumen a los tres niveles de
gobierno se les está olvidando salvaguardar
la dignidad humana de las
personas, consagrado en las constituciones
de los países y afianzada en
los tratados internacionales ¡no se
puede hablar de respeto a los derechos
humanos, cuando se pretende tratar a
los migrantes de manera humillante!.

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