Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
El problema migratorio y las “soluciones” indignantes
2014-08-27 | 22:08:31
«En toda acción e intención, en todo fin y en todo medio, trata siempre a cada uno - a ti mismo y a los demás- con el respeto que le corresponde por su dignidad y valor como persona», un principio que deriva de la dignidad humana, constituida en el derecho internacional como un derecho humano, es decir, hoy en día no solo en una base en nuestro sistema legal mexicano, sino en el mundo entero, así lo advierten los tratados internacionales y así lo confirma nuestra constitución política tras las reformas de 2008, 2011 y 2014.
El tema me asalta la mente cuando escucho las medidas de autoridades federales, consentidas por instancias estatales y municipales, referentes al problema de la migración.
En estos días he leído y escuchado notas informativas, que me sacuden considerablemente y es que -al igual que casos de periodistas críticos a los que se les trata como líderes de la delincuencia organizada, dejando a un lado sus derechos humanos y su dignidad- observé cómo éste trato humillante es un fenómeno que se extiende y que lejos de los discursos crece sin el menor de los reparos; en su mayoría y a manera muy general, los ciudadanos conocemos las causas de la migración y ellas siempre van encaminadas a la falta de oportunidades y a la búsqueda de mejores condiciones de vida, a las que todo ser humano tiene derecho.
La falta de oportunidades se han convertido en un expulsor automático de personas que van en busca del sueño americano, la inquietante migración que azota a los países de la región centroamericana tiene motivos que están por demás expuestos, la crisis económica, la inseguridad pública y jurídica y la escases democracia, lo que impide la generación de ingresos para invertir en generación de empleos, mejora de las condiciones laborales, prevención de la violencia, progreso de los servicios de salud y educación pública, entre otros factores, luego entonces el circulo de la pobreza arroja a miles de personas e emigrar en busca de ingresos que les permitan vivir con dignidad.
Es así como podemos entender que el problema de la migración no se resuelve de otra manera que corrigiendo las condiciones de cada uno de los países y otorgando a sus gobernados mejores condiciones de vida –pero ello cuesta reconocerlo a los gobiernos- que han arrojado a segundo plano los temas, acciones y programas que permitan una mejor utilización de los recursos públicos, así es que tomando en consideración lo antes expuesto, resulta ofensivo, humillante, indignante y hasta criminal que ahora los tres niveles de gobierno, crean que el fenómeno de la migración en los países centroamericanos se culmine, acelerando la velocidad del tren (bestia) donde los centroamericanos suelen transportarse o bien evitando que estos suban al lomo de dicho transporte ferroviario.
Leía con incredulidad como se anunciaba una “solución” ofensiva y violatoria de derechos humanos, a un problema de fondo que se tiene que atender con seriedad y compromiso de los gobernantes; así de manera indignante se decía “el gobierno planea una mayor vigilancia y cambios a la infraestructura ferroviaria para incrementar la velocidad del tren de carga en el sur de México- para reducir la migración de centroamericano, ¡hágame usted el favor!, ¿de quién sería tan brillante idea?, seguramente desconocen los tratados internacionales de los que México forma parte donde queda totalmente prohibido ese trato a quienes antes que migrantes son seres humanos.
Así autoridades federales y locales avalaron acciones encaminadas –según ellos- a que los migrantes dejen de subir al tren, combatir el tráfico de personas y reforzar la seguridad en vías e instalaciones ferroviarias.
Entonces el gobierno de México consideró endurecer las medidas para impedir a los migrantes el uso de “La Bestia”, pero esa no fue la peor noticia, lo más aberrante fue escuchar cómo se anunciaron inversiones por más de 6 mil 58 millones de pesos para aumentar la velocidad del tren, con el propósito de impedir que los migrantes “utilicen un tren que no es de pasajeros, sino de carga” y “evitar con ello accidentes”.
Miles de migrantes, sobre todo centroamericanos, cruzan cada año por territorio mexicano para intentar llegar a Estados Unidos, muchos de ellos incluyen en su “travesía” viajar encima de vagones de trenes desde el sureste hasta el norte, en los cuales son víctimas de extorsiones y asaltos por parte de bandas.
Este año se dio cuenta de sesenta mil niños detenidos por autoridades estadunidenses en tan solo nueve meses, tras intentar cruzar ilegalmente la frontera solos, lo cual refleja sin duda una crisis humanitaria que puede prolongarse con el tiempo y trastornar muchos capítulos de la vida de México y el resto de las naciones de Centroamérica.
En resumen a los tres niveles de gobierno se les está olvidando salvaguardar la dignidad humana de las personas, consagrado en las constituciones de los países y afianzada en los tratados internacionales ¡no se puede hablar de respeto a los derechos humanos, cuando se pretende tratar a los migrantes de manera humillante!.
@magzamu

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