Alguna vez el exalcalde Alvarado, Bogar Ruiz Rosas confió a sus excompañeros de partido que era muy complicado acordar con el entonces también edil boqueño, Miguel Ángel Yunes Márquez.
Y es que el hoy expanista les dijo que de hecho todas las negociaciones que en aquellos momentos estaba haciendo las tenía que realizar directamente con Miguel Ángel Yunes Linares, porque era el político de la familia no así su primogénito que adolecía de tacto.
Hoy una vez más se vuelve a presentar una situación que habla de que el edil no tiene mano “izquierda” y su conflicto con el sindicato que estaba en ciernes ha empezado a crecer y terminará en los tribunales laborales.
Apenas se supo que las 26 personas basificadas que había dejado la anterior administración fueron despedidas y que el pasado viernes protagonizó un ríspido encuentro con el gremio boqueño.
Ahí el dirigente Francisco Andrade tuvo que ceder las 15 plazas que negoció con el exalcalde Anselmo Estandía Colom y también ante la falta de recursos aceptar que sus prestaciones laborales disminuyeran en un 20 por ciento.
Y es que como se recordará las bases que fueron aprobadas por el cabildo en la pasada administración son un total de 26, 11 que dejó el edil priista y el resto las pusieron los agremiados para sus familiares.
Pero ahora resulta que Yunes Márquez no las está reconociendo y por esa falta de negociación ahora el municipio tendrá que enfrentar un proceso jurídico, ya que los que fueron despedidos se apuntan a demandar al Ayuntamiento.
Una denuncia que tienen los afectados altas posibilidades de ganarlo ya que el dirigente fue la segunda ocasión que hizo este “tamal”, pues en el 2010 hizo lo mismo aunque en esa ocasión con el consentimiento del entonces alcalde saliente.
Las versiones al interior de palacio municipal dicen que el “estira y afloja” entre Pancho Andrade y los emisarios del alcalde estuvieron fuertes y que incluso llegaron a amenazarlo por lo que al final tuvo que doblar las manos.
Aunque tal vez confíe en uno o máximos dos años la gente que fue despedida pueda ser reintegrada a la administración, pues aparentemente les asiste la razón en este tema que seguramente dará más de que hablar.
Por 20 MIL PESOS
Una vez que la Procuraduría General de Justicia del Estado confirmó ayer que el periodista Gregorio Jiménez de la Cruz, fue hallado muerto este martes en una fosa clandestina en el municipio de Las Choapas; con él, había dos cuerpos más que también fueron ultimados por una célula de la delincuencia organizada que operaba en el sur de la entidad.
Correspondió al procurador de justicia de Veracruz, Amadeo Flores Espinoza, explicar paso a paso el esclarecimiento de este hecho lo que se logró tras la detención de José Luis Márquez Hernández, líder de una celula delincuencial quien pretendía huir de Veracruz por haber participado en la desaparición y homicidio de Gregorio Jiménez.
“El día de ayer elementos de la Agencia Veracruzana de Investigaciones lograron la detención y aseguramiento de José Luis Márquez Hernández, en la terminal de autobuses en la ciudad de Coatzacoalcos en el momento en que se disponía a abandonar el estado; al ser interrogado, esta persona aseguró haber participado en los hechos que condujeron a la desaparición y posterior homicidio de Gregorio Jiménez de la Cruz, señalando una venganza personal como móvil de estos hechos”, detalló.
Extraoficialmente se sabe que esta persona al parecer era dueña de un bar y por 20 mil pesos pagó para el secuestro y homicidio del periodista.
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