Las grandes ocurrencias

México es el país de las ocurrencias, en donde principalmente destacan por su dimensión, los políticos y los empresarios, mientras los seres humanos que son normales, las grandes mayorías de este país, tienen que vivir en el día a día con el Jesús en la boca y con la bendición diaria en un acontecer incierto, inseguro y de mucha pobreza.

No se trata de una postura catastrofista, sino simplemente de realidad, cuando ante los graves problemas nacionales, hay quienes sólo se preocupan por el futbol, el mundial de Brasil, el tema de la selección nacional y en el caso de estos lares, el sagrado resultados de los Tiburones Rojos, cuando juegan y ganan, de vez en cuando, aunque sus directivos maltraten a la apasionada afición, que poco puede hacer ante los abusos de los altos costos de las entradas y las celosas medidas de seguridad que no dejan pasar ni una mamila de bebé.

Pero en la memoria de las muchas ocurrencias de políticos y empresarios, a lo que no se olvida, por ejemplo aquella, de hace unas cuatro décadas atribuida a un ministro de turismo, que se le ocurrió decir, que ante la gran exportación de petróleo a cada “barril” había que ponerle una leyenda de “visite México”.

O también al asesor del ministro de agricultura, que recomendó traer elefantes para relevar en fortaleza a la yunta de bueyes.

Decía Confucio, que el “respeto” es la diferencia entre los seres humanos y las bestias. Pero lamentablemente, ahora al parecer son las bestias las que más cumplen con este precepto.

En la historia de la humanidad, a los grandes personajes que hicieron alguna contribución para la paz y las buenas relaciones, lo que menos recibieron por sus ideas fue la muerte, primer ejemplo Jesús de Nazaret en su martirio y muerte, que hoy por hoy se le recuerda en su calvario en todo el mundo.

A Sócrates, se le escuchó decir a los políticos de su tiempo, que debían de aceptar la crítica como una forma de reconocimiento del pueblo a la libertad de expresión, para poder decirle a sus gobernantes que estaban haciendo mal su trabajo y de premio, recibió la muerte, Al paso del tiempo la filosofía socrática ha sido reconocida al igual que las aportaciones de los griegos al mundo en el renglón de la política, la democracia y todo el orden, que sigue rigiendo hasta nuestros días.

Pero en diversas etapas de la historia de la humanidad, están perros, gatos y sobre todo los caballos como principales actores, junto a los grandes hombres, como cuando Alejandro Magno, de niño, pidió a su padre, la oportunidad para domar un brioso corcel que luego, luego dominó y lo llamó Bucéfalo, a lo que su padre, le reconoció de inmediato su grandeza de conquistador de pueblos.
Calígula en tiempos del imperio romano, hizo cónsul a su caballo Incitatus (en latín, Impetuoso) fue el caballo preferido de Calígula (12-41 dc). Se trataba de un caballo de carreras que había nacido en Hispania, de donde en esa época se importaban a Roma cerca de 10,000 equinos cada año.
La devoción de Calígula por su caballo llegaba a extremos ridículos. En un primer momento mandó construirle una caballeriza de mármol con pesebres de marfil para su uso exclusivo, pero pronto llegó a darle toda una villa con jardines y 18 sirvientes para su cuidado personal. Dormía con mantas de color púrpura (el tinte más caro en la Antigua Roma, reservado a la familia imperial) y llevaba collares de piedras preciosas.
Posteriormente, Calígula otorgó a Incitatus el título de Cónsul de Bitinia (región de Turquía) Este hecho ha sido tradicionalmente interpretado como fruto de la demencia del emperador, pero lo cierto es que la actitud servilista y pusilánime de los senadores del reinado de Calígula bien pudiera haber influido en dicho nombramiento, volviéndolo un hecho irónico que denotaría el sarcástico desprecio de Calígula hacia las instituciones públicas del Imperio.
Como caballo de carreras que era, Incitatus participaba en las competiciones celebradas en el hipódromo de Roma. La noche anterior a una competición, el emperador dormía junto al animal y se decretaba un silencio general que nadie podía violar en toda la ciudad bajo pena de muerte, con el fin de que el caballo descansase correctamente. Al parecer, Incitatus solo perdió una carrera en su vida, tras la cual Calígula ordenó al verdugo que lo matase lentamente para asegurarse de que sufriera.
En los tributos de puertas y ventanas, está reconocido como uno de los más absurdos, que data de 1858, cuando el presidente de México, Antonio López de Santa Anna, decretó una contribución de un real por cada puerta, cuatro centavos por cada ventana de las casas. El impuesto sobre mascotas. y también un impuesto de dos pesos anuales por cada caballo frisón (robusto) y un peso por cada caballo flaco o si el ciudadano como mascota tenía un perro.
Ya resabado el tema ante todo este dilema, ahora hay que reconocer que el ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Velasco, dueño de muchísimas frases reconocidas, así como de cuentos como el del perrito, el del caviar, el de la bicicleta y la abuelita, aquella de yo no soy bombero, ahora se le ocurrió decir en un foro empresarial celebrado en Guadalajara: “habrá a quien le guste y a quién no los cambios fiscales”, además de la confianza de los empresarios en el aumento de la base gravable y a reducir la economía informal.
Y ya no le dejó nada al también ex gobernador veracruzano, Fidel Herrera Beltrán, a quién ahora dicen que no será embajador de México en Grecia: pero acá en estos lares en su mandato poco faltó para que hiciera secretario a su caballo. Lo bueno es que no tenía jamelgo. O como dicen al que tiene caballo le dan silla y al que no le dan caballo.
El presidente Enrique Peña Nieto, no escapara al juicio de la historia con el tema del impuesto a los alimentos de mascotas así como a refrescos, chicles y de comida chatarra, como medida de control a la obesidad de la gente. Así las cosas.