El pacto por México le ha permito al gobierno de Peña Nieto, tener un buen arranque, luego que la desastrosa administración de Calderón dejara un país polarizado y al borde del caos, cuando violando los preceptos constitucionales y sin permiso del congreso, generó la violencia con un saldo final de miles y miles de civiles muertos y otro tantos desaparecidos, al punto que en algunos medios impresos de Estados Unidos afirman que México es un estado fallido.
El incipiente Pacto también ha permitido a la clase política gobernante lograr una buena reputación internacional, al grado que el ex presidente del gobierno español José María Aznar, hizo un reconocimiento público al gobierno de Peña Nieto por lograr lo que parecía un imposible: el dialogo fructífero entre las diversas fuerzas políticas en el preciso momento que nuestro país está urgido y requiere de reformas estructurales que reporten beneficios directos a todos los mexicanos, entre los que se cuentan los 60 millones de pobres
Pero ahora el tema principal es el proceso electoral local que tiene lugar en 14 estados, y por ello el gobierno del presidente Peña, se saco de la manga la firma del Pacto, con sus 11 compromisos para evitar el uso electoral de los programas sociales y cuatro principios rectores : 1.- Sobreponer el interés del país y el de los mexicanos a cualquier interés partidario o individual; 2.- Cumplir con la palabra empeñada; 3.- Profundizar la transparencia; y 4.- Actuar bajo estricto apego a la Constitución y a las leyes de que ella emanan.
Aunque en esta ocasión no es un catalogo de buenas intenciones, si esta manifestada la firme decisión del gobierno federal -respaldado por los dirigentes de los partidos PRI, PAN y PRD- de dar por terminada la vieja y arraigada costumbre del uso electoral de los programas sociales en los tres niveles de gobierno, que ahora sí, permitirá una mayor transparencia en el manejo de los recursos públicos en materia social, porque la finalidad es que los recursos públicos, lleguen a los pobres pero sin condiciones
Aunque el pacto se queda corto en su aplicación, debido a que no establece que medidas y acciones se harán efectivas, como por ejemplo, la inmediata separación del cargo de los presuntos infractores, servidores públicos que participen en forma directa o permitan indirectamente el mapacheo electoral en los gobiernos de cualquier color, no deja de ser una medida novedosa que puede aplicarse en el actual proceso local electoral que se realiza en catorce entidades federativas.
En este rubro, el gobernador Javier Duarte, se manifestó dispuesto a respaldar la propuesta del Pacto por Veracruz, luego que el diputado Rogelio Franco Castán del PRD y que algunos líderes veracruzanos entre ellos el dirigente estatal del Partido Verde y otros mas, se han manifestado a favor de crear una agenda que incluya a los partidos políticos, las cámaras empresariales e inclusive las asociaciones no gubernamentales y que se concreten los acuerdos con los temas que permitan que las elecciones de diputados y alcaldes en estos lares, sea un modelo de transparencia y legitimidad.
A casi seis meses de firmado el Pacto por México , este ha mostrado su eficacia y la prueba es que de él han derivado diversas propuestas, entre ellas la Reforma en telecomunicaciones, la reforma educativa y la cruzada contra el hambre y en Veracruz se puede aprovechar estas novedosas experiencias que pueden servir como referente al gobernador Duarte, quien como un demócrata que es, apoye a que el actual proceso electoral quede libre de cualquier intención entre unos y otros del resultado de estos comicios.
Duarte, ha convocado a los partidos políticos a que bajo un clima auténticamente democrático se sumen y firmen los acuerdos que contribuyan a mantener la estabilidad política y social de Veracruz y de los veracruzanos con los elementos de legalidad y transparencia que se han aplicado desde el inicio de su mandato a pesar de los malquerientes y adversarios políticos que como enemigos, nunca reconocerán una derrota. Así las cosas.