Fueron muchas las cenas en la casa en la Ciudad de México del exgobernador de Veracruz, Dante Delgado Rannauro, donde el alvaradeño fraguó  el inicio del Frente Ciudadano para participar en el proceso electoral del 2018.

Se reunían en largas veladas  un grupo de políticos, la mayoría de ideología de izquierda, donde figuraban el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, Alejandro Encinas, Ricardo Monreal y Miguel Mancera entre otros,  con el propósito de sacar al PRI del gobierno federal, para ello  se les ocurrió invitar a los dirigentes nacionales del PAN y PRD, a fin de crear una triple alianza partidista que les garantizara la posibilidad de ganar la titularidad del Poder Ejecutivo Federal.

Ni las gubernaturas que estaban en juego interesaban y tampoco el dominio en el Congreso de la Unión.

La única obsesión era ser los residentes de Los Pinos durante varios sexenios. No era una coalición temporal por los comicios del presente año. Una nueva hegemonía política que fusionaba a las corrientes de la izquierda y la extrema derecha, conservadores y liberales. Era una mezcla antinatura de ideologías y principios, donde imperaba el poder de la oratoria convincente de Dante Delgado para que coincidieran en la creación de esta novedosa clase política.

Como una revancha personal de su lucha electoral que había planeado cuando fundara el partido Convergencia, instituto político que había madurado durante su ilegal estancia de casi dos años en la derruida cárcel de Pacho Viejo en Xalapa.

La nueva concepción de cambiarlo a Movimiento Ciudadano tenía en la mente un destinatario que tenía mayores posibilidades de triunfo. Lamentablemente ese político también coincidía en ese ideal político y crea su partido político…Morena.

Periodicidio Veracruzano.

“Ser periodista en México parece ser más una sentencia de  muerte que una profesión” afirmó la directora nacional de Amnistía Internacional, Tania Reneaum al condenar los arteros homicidios de 46 comunicadores que han ocurrido en el sexenio del presidente de Peña Nieto.

Veracruz permanece con  el mayor registro de periodistas asesinados. Tan sólo en el gobierno de Javier Duarte fueron inmolados 17 redactores de diversos medios de comunicación.

Javier Valdez Cárdenas, corresponsal del periódico La Jornada, autor de libros, artículos  y testimonios de la narco sociedad que se vive en México, escribió como epitafio de su asesinato: “Ser periodista es como formar parte de una lista negra. Ellos van a decir aunque tú tengas blindaje y escoltas, el día que te van a matar. Si lo deciden lo van hacer, no importa si tienes o no protección. No hay condiciones para hacer periodismo en México, las balas pasan demasiado cerca.”

En un editorial en su medio Rio Doce afirmaba: “Cohabitamos con la  muerte, copulamos con ella, se ríe de nosotros, nos besa, se burla. Pero seguimos haciendo lo que un buen periodista y un buen periódico tiene que hacer en un País como México”. La certeza de la muerte es también la certeza de la ausencia de un estado de derecho en nuestro País. Es el homicidio de la legalidad.