El desliz del alcalde xalapeño de Morena, Hipólito Rodríguez, es que será recordado como la peor “jalada” dicha en política en los últimos tiempos, cuando puso en contra de él y de su partido, el sentir de que en el estado de Veracruz (o mejor dicho Xalapa) no encontró las personas capacitadas para los cargos en donde nombró gente de la ciudad de México, por no reconocer que han sido recomendados de ya saben quién.

La época electoral ya tiene con los pelos de punta a mucha gente, por las expresiones fuera de todo orden y más lo grave de algunos personajes “raros” que hasta argumentan la intolerancia casi fundamentalista en algunas redes sociales de quienes no estén con el político tabasqueño en su loca carrera presidencial.

Ya se llegaron los tiempos muy graves de quienes en la ambición desmedida sueñan con llegar al poder político de este país a como dé lugar, olvidando que se vive en un régimen democrático en el que se gana y se pierde.

Ahora bien, no todos apoyan a Morena y hay quienes incluso les da pavor el nombre de Andrés Manuel López Obrador y por lo mismo no lo quieren ver en la silla presidencial.

Luego entonces, hay que respetar ese derecho a discernir, a pensar diferente y a no apoyar ese movimiento, respetable para muchos y repudiado por otros.

El mayor ejemplo democrático es el triunfo electoral de Hipólito Rodríguez por la alcaldía de Xalapa por las siglas de Morena, pero este personaje se ha dejado influir por los dirigentes de su partido y por lo mismo ya hasta cedió la tesorería, el control administrativo del agua y algunas otras cositas, a gente recomendada.

Lo peor ha sido las declaraciones de cuento en un mundo de fantasía, a lo que habrá que acostumbrarse si el famoso señor López, se pone la banda presidencial el próximo 1 de diciembre. Así es que a rezar, ni modo, la democracia no es perfecta. Así las cosas.