“Si finalmente decidieran reelegirla, ¿Cómo justificarán los nueve notables de la Junta de Gobierno ante la comunidad universitaria que en su decisión no pesaron más las complicidades políticas que los logros académicos y administrativos que la rectora exduartista ha quedado a deber?”
Raymundo Jiménez
(AL PIE DE LA LETRA. DI. 22/8/17)
Se llama obediencia. Obediencia de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana que es lo que mejor saben hacer, y se llama obediencia del gobernador Miguel Ángel Yunes, al jefe, al amigo, al socio y miembro del equipo político, fortalecidos entrañable e indisolublemente desde el chirinato. Nadie tiene mayor protección que Sarita para repetir en la rectoría, nadie, ¿razones? Simple: es sobrina política de “Richelieu”. Él la ha llevado de la mano desde sus inicios universitarios hasta ese puesto y no la va a soltar, ni la va a dejar desprotegida, primero porque sirve ciega y obedientemente a sus dictados y segundo por el compromiso y la relación con una de las más queridas familias jalapeñas, hasta la fecha. Nadie sabe en el estado de Veracruz lo que aquí se menciona, pero en la ciudad capital, Xalapa, es tan obvio, “que por sabido se calla”. También porque saben que la Universidad Veracruzana le pertenece al “Cardenal”, el hace y deshace en esa entrañable casa de estudios, es uno de sus tres principales cotos de poder, y una buena proporción de “investigadores”, catedráticos, jóvenes y viejos –incluidos la gran mayoría de jubilados- le deben el “trabajo” a él. No hay maestro que no esté dispuesto a hacer lo que el jefe les ordene, más por temor que por agradecimiento. Cuando menos el 70% de los rectores que han pasado por esa institución él los ha colocado, ha convenido con cada gobernador la importancia política de ese centro educativo y ha sabido influir, cuando menos para que no quede el político que no es de su “cuadra” o gusto. No pienso mencionarles mucho sobre nuestra casa de estudios porque hay material extenso que en su momento deberá ser narrado, sobre todo por el giro extremadamente político que le dieron y el programado proceso de abandono académico, para convertirla en un “cementerio” de despojos públicos, muy bien premiados por su servil papel al entramado político del momento, y porque sabían dónde pasarían sus “últimos días.” La UV, es propiedad de “Richelieu”. ¿Miento, Rafael Arias Hernández?
Hay excepciones que confirman la regla en lo que se refiere a obediencia e influencia con funcionarios o políticos profesionales, talentosos y destacados con los que nunca pudo ejercer su amedrentador dominio político (Dante. ¿Se pregunta usted por qué no va MC con Andrés Manuel?), otros también con inteligencia supieron negociar el poder de su influencia, y se entiende, es finalmente un juego político y sus establecidas reglas. Recuerdo muy bien que un buen día de mediados del año 2002, el Secretario de la Institución, paisano y amigo entrañable, de las tres o cuatro gentes con las que realmente estoy agradecido, quien me invitó a trabajar con él desde el primer día de gobierno de don Miguel Alemán, me mandó a llamar (lo estaba ayudando en la secretaría particular) y apenas entraba a su oficina, en tono amistoso y sin dejar de reír “burlonamente” me recibió y me dijo: “¿adivina quién estuvo aquí?” Y sin pausa para responderle, “¡Richelieu!” (en realidad dijo su nombre) prácticamente a carcajadas, “vino con un mancebo, platicamos un ratito y le hice el favor de mandárselo a Cosamaloapan. A mí no me afecta y le cumplo “al amigo”. En eso entró su verdadero amigo y segundo en la jerarquía en la institución, paisano también, “bueno, ya llegó tu chismosa conciencita”. -le dije en voz baja y me despedí. Estuve a punto de comentarle, que éste nuestro paisano, le tiene devoción y pánico al “Cardenal”. Luego lo platico. pero solo a ustedes, amables lectores.
Cualquier sugerencia o comentario, bienvenido, nuestro correo: eliseoguzmanch@hotmail.com