Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Teología a la vista
2017-05-26 | 10:00:11
¿Por qué los hombres y las mujeres tenemos vello púbico? La respuesta está abajo. (Claro)...

Doña Eglogia, mujer del campo, se impacientaba porque cada vez que tendía su ropa a secar llovía copiosamente. En cambio su vecina, doña Bucolia, jamás ponía su ropa a secar en día de lluvia. Le preguntó cómo sabía si iba a llover o no.

La mujer le reveló el secreto: cada mañana revisaba a su marido. Si tenía su parte de varón caída hacia la izquierda es que iba a llover. Entonces no tendía su ropa. Si la tenía hacia la derecha eso era seña de que aquel día iba ser de sol, y entonces tendía. Preguntó doña Eglogia: “¿Y si no la tiene caída?”. Replicó doña Bucolia: “Ese día no lavo”...

El jefe de personal le dijo al tipo que pedía trabajo: “En su solicitud de empleo puso usted que es doctor en matemáticas del MIT; graduado con honores en la Escuela de Altos Estudios de París; profesor de la cátedra Albert Einstein en la Universidad de Princeton; asesor de la NASA y ganador del Premio de Artes y Ciencias de la Comunidad Europea.

Sin embargo investigamos sus antecedentes y descubrimos que ni siquiera terminó la secundaria”. Respondió el tipo, imperturbable: “El anuncio decía que el solicitante debería tener mucha imaginación”...

Un pobre señor perdió su pene en un penoso accidente. El doctor que lo atendió le dijo que no se preocupara: la ciencia médica había avanzado en tal manera que se le podía hacer un trasplante del órgano perdido.

Uno de tamaño chico le costaría 50 mil pesos; 100 mil el de tamaño medio; 150 mil el grande y 200 mil el llamado Saltillo Size. El señor respondió que consultaría el caso con su esposa. Volvió al día siguiente y le informó al facultativo: “Dice mi señora que mejor va a renovar su guardarropa”...

En el parque una mamá llamó a su hijita: “Ven, Cica”. Otra señora le preguntó: “¿Cómo se llama tu niña?”. Respondió la mamá: “Se llama Cicatriz”. Inquirió con extrañeza la otra: “¿Por qué le pusiste así?”. Explicó la primera: “Fue lo que me quedó de una caída”...

¿Por qué los hombres y las mujeres tenemos vello púbico? ¿Por qué tenemos también vello en las axilas? Lejos de mí la temeraria idea de iniciar una discusión como aquella de evolucionistas contra creacionistas, pero la causa por la cual tenemos esa vellosidad me hace pensar en una inteligencia superior que diseñó sabiamente a la criatura humana -y a todas las demás criaturas- con un propósito amoroso.

En efecto, tanto los vellos del pubis como los axilares sirven para atrapar y retener las feromonas, elementos que despiden un incitante aroma sexual que llama a perpetuar la vida. Ese perfume tiene actualmente muchos factores limitantes -jabón y desodorante entre otros-, pero sus centros de difusión quedan como muestra de una providencial ingeniería bioquímica.

Desde luego el naturalista tiene para todo una explicación natural. El creyente, sin embargo, hallará en el vello púbico un sólido argumento teológico. Donde menos se piensa salta la teología...

Galantino y Dulcibella, novios jóvenes, se comieron el lonche antes del recreo, como antes se decía, y ella quedó en estado de buena esperanza, quiero decir embarazada. Galantino era un caballero, de modo que dio mano de esposo a la muchacha.

Se casaron y fueron muy felices. Pasaron 40 años, y decidieron celebrar sus bodas de rubí con una segunda luna de miel. La primera noche, ya en el hotel, Galantino se puso su piyama y se echó a dormir.

Ella, a su lado en la cama, empezó a gritar a todo pulmón: “¡Papacito! ¡Eres un tigre! ¡Me vas a matar! ¡Salvaje! ¡Eres un semental!”. Galantino le preguntó asombrado: “¿Por qué gritas así?”. Respondió Dulcibella: “Hace 40 años tú salvaste mi honor. Ahora yo estoy salvando el tuyo”. FIN.







mirador

armando fuentes aguirre


Doña Rosa está haciendo las tortillas en la cocina de la casa del Potrero.

Las tortillas que ella hace son de veras. Tortillas de mujer, no de máquina. La masa de que están hechas es de nixtamal, blanca y suave como carne de doncella.

Doña Rosa saca del metate los testales y con las palmas de sus manos, como si se aplaudiera a sí misma, les da perfecta forma circular. Luego pone la tortilla en el comal, sobre el fuego de leña. Yo miro la pequeña obra maestra y la veo inflarse levemente como si nos dijera: “Ya estoy hecha”.

La tomo de la canasta de alba servilleta; pongo en ella un poco de manteca y unos granos de sal. Luego la hago taco y la gozo con gula que no es pecado sino acción de gracias.

La eucaristía se hace con el pan y el vino.

También se puede comulgar con esta hostia tan pobre y rica al mismo tiempo, la tortilla.

¡Hasta mañana!...


manganitas

por afa


“Trump visitó al Papa Francisco”.

De ese salvaje hotentote

ni el Santo Padre se escapa.

Aquí se ve que hasta el Papa

tiene que tragar camote.

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