Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Cosmovisión
2017-03-30 | 21:03:38
La democracia y el poder del ciudadano

En el mundo actual en el imperio de la democracia, puede suceder de todo. Aquí van unos y otros en la búsqueda del poder político para acceder al poder económico a través de la vía de los acuerdos, los contubernios y hasta las simulaciones.

El mejor reflejo de que la democracia es imperfecta, se da en el modelo estadounidense, en donde el partido republicano logra el poder presidencial con Donald Trump, con el modelo de los votos distritales por encima de una votación mayoritaria obtenida por el partido demócrata que perdió con una mala candidata como lo es Hillary Clinton.

El modelo democrático heredado del imperio romano y ya con varios siglos de agotamiento, al superar a las monarquías en el mundo, ahora enfrenta ya sus últimos esfuerzos por mantenerse vigente, cuando el régimen de partidos políticos en el mundo se vislumbra como un formato muy descontinuado y corrupto.

Pero a nadie debe sorprender, que en el modelo democrático de partidos políticos, de división de poderes y de niveles de gobierno, se den los grandes acuerdos para llegar a la obtención del poder público y de esa forma lograr los contubernios, mientras el pueblo sufre de hambre y pobreza.

Aunado a eso, hay que dar cuenta que los partidos se convierten en dueños de las voluntades de las grandes mayorías.

El peor ejemplo de la lucha de partidos políticos en los últimos años, se cuando Adolfo Hitler, llega a un país en calidad de extranjero, obtiene su nacionalidad y posteriormente vía del control de un político se apoderó del gobierno en Alemania y hasta puso en guerra al mundo con millones de muertos y el holocausto que dejó como un mal legado para las futuras generaciones.

Lo lamentable es que en la historia de la humanidad se dan los ciclos y hasta lo malo vuelve sin que nadie lo pueda detener a causa de la retorica y las promesas de los políticos.

En México, el sistema democrático vive sus peores momentos, cuando desde los partidos políticos se unen en la búsqueda del poder y la tradición política al estilo virreinal es de darle oportunidad a que se acomoden las generaciones venideras.

Nadie escapa al nepotismo y los dueños de los partidos políticos comparten con sus familias y amigos, los beneficios de las millonarias prerrogativas.

A todo esto, el desprestigio de los dirigentes de los partidos políticos, forma parte de un modelo de vida de excesos de poder para pretender formar parte del primer mundo, quienes pueden hasta comprar inmuebles lujosos en Estados Unidos, como parte del status social.

El problema es el cansancio de la gente, que ha visto en los últimos años en México, la perdida de sus derechos humanos, aumento en la impunidad y una gran desigualdad entre ricos y pobres.

Por eso, a la gente no le interesa la democracia ni la lucha de los partidos políticos, por lo que son reducidos grupos los que buscan alcanzar el poder por el poder y hasta se pelean, se dan con todo y al final hasta pueden volver a ser amigos, cuando el interés lo exige.

Y como diría el escritor José Saramago, ¿Dónde está la democracia? Todo se discute en este mundo menos la democracia, que se encuentra secuestrada y amputada del verdadero poder del ciudadano. Así las cosas.

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