¿Cuál Navidad?
En estos tiempos de reflexión y de una de las mayores crisis económicas en el orbe, con sus efectos en México y con mayores repercusiones en el estado de Veracruz a causa del desorden en los recursos públicos que dejó la administración pasada del gobierno estatal, la gente se dispone en estos lares a definir si pasar la navidad como siempre en la humildad cristiana o en aquella de los regalos, las luces y la escasez de espiritualidad.

En el materialismo y el consumismo, de una sociedad altamente dependiente del dinero, en el periodo decembrino, se entra en una euforia por gastar, por disponer de recursos para los gastos de ropa, comida y alcohol.

Cuando lo mejor sería vivir una navidad austera y estar alertas a los vaivenes de la económica en el orbe, para estar preparados para cualquier contingencia que se pudiera avecinar con las amenazas plenas y directas, del nuevo presidente que ocupara el poder en Estados Unidos a partir del 20 de enero del 2017.

No son momentos de culpas mutuas o de reclamos infructuosos entre unos y otros, sino de reflexión, de bondad y generosidad cristiana para aquellos en que la navidad siempre ha significado un acto de humildad y de estar en plenitud con el mensaje y el legado de Jesús de Nazaret.

Hay que esperar cambios positivos en las economías y esperar que impere el orden y la disciplina financiera en los sectores públicos para que a los trabajadores se les otorguen sus prestaciones de ley y no provocar caos ni momentos de angustia entre la gente.

Los que viven en la zozobra y en la incertidumbre laboral, esperar a que no se cumplan los malos presagios y en algunos casos entender que los gobiernos en sus diferentes niveles deben operar con apertura para todos y no representar intereses de grupo.

Que en la presente época decembrina, llegue a todos los hogares veracruzanos el espíritu de la navidad con el autentico mensaje cristiano, y dejar de lado banalidad, hedonismo y todo tipo de excesos que no fortalecen al alma y destruyen al cuerpo, afectando a la familia.

Para todos los que viven en la incertidumbre laboral o en el desempleo, tener fe en que las soluciones a las problemáticas serán parte de las fortalezas del ser humano que está diseñado para superar las contingencias que con mucho esfuerzo personal y unidad familiar se puede seguir en una lucha diaria.

Dedicarles la navidad a los niños, a los adultos mayores y a los enfermos, darles la mejor luz de la esperanza que es el amor en grandes cantidades que salen del corazón y que no cuestan.
Mostrar la solidaridad humana con los que menos tienen y dar con mucha decisión hasta que duela como lo decía la Santa Madre Teresa de Calcuta, para dar ejemplo y testimonio cristiano. Así las cosas.