Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Duarte, ¿el gran elector?
2015-12-03 | 10:04:21
Aunque el senador Héctor Yunes Landa ha evadido hablar de su reunión privada con el gobernador Javier Duarte en la Casa Veracruz el pasado viernes 27 por la mañana, unas horas antes de la comida de la unidad priísta en el rancho San Julián, de Perote, el encuentro entre ambos terminó por ser confirmado por el propio mandatario estatal.

¿Por qué reunirse en secreto si Yunes Landa y Duarte iban a coincidir después en la mesa principal de la comilona a la que fueron convocados más de cien selectos comensales, entre ellos la cuarteta de aspirantes priístas a la gubernatura, algunos empresarios, diputados, presidentes municipales, comunicadores y otros prominentes actores políticos, destacando como invitado especial el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera?

¿Acaso Héctor Yunes, quien presume de encabezar las encuestas, quiso persuadir al primer priísta del estado de llegar a la comida de San Julián con el acuerdo previo de que él debía ser el abanderado del partido tricolor en la sucesión estatal del año entrante, lo que confirmaría la versión filtrada previamente de que él y su homólogo Pepe Yunes Zorrilla ya habrían acordado también que él contendería en la elección de 2016 y que el legislador oriundo de Perote se aguantaría hasta la sucesión de 2018 para ser gobernador de seis años?

Se deduce que esa pudo haber sido la presunta intención de Yunes Landa, lo que según él y los suyos le habría dado un final feliz a la comida de Perote. Y es que de haberse consumado tal escenario, entonces Beltrones habría retornado tranquilo a la ciudad de México.

Satisfecho de que el caso Veracruz quedara resuelto de una vez –un problema menos de los 13 estados que el próximo año renovarán gubernaturas– y confiado totalmente por la expresión de unidad plena del priísmo local que habría atestiguado.

Sin embargo, a diferencia de otras entidades como Colima, Oaxaca y Aguascalientes, donde los aspirantes del PRI a dichas gubernaturas ya han sido confirmados o claramente perfilados, en Veracruz sigue sin definirse aún, por lo que es muy probable que la decisión se tome hasta mediados o finales de enero de 2016.

Y es que el gobernador Duarte, quien ha asumido su rol de jefe político del priísmo veracruzano, ha dejado en claro que será él quien decida la candidatura de su sucesor.

Tal como ya lo había publicado el director del Diario de Xalapa, Víctor Murguía Velasco, después de la última visita del presidente Enrique Peña Nieto al puerto de Veracruz la semana antepasada, este lunes 30 de noviembre, en una comida con un grupo de columnistas convocada por el dirigente estatal del PRI, Alberto Silva Ramos, su verdadero delfín para la gubernatura, el mandatario veracruzano, quien sorpresivamente se presentó en el restaurante, reveló que en el tema sucesorio el mexiquense le dijo: “Javier, nunca me has fallado, pero esta es la decisión más importante de tu vida, no te puedes equivocar, con lo cual me está dando la gran responsabilidad”.

Según la versión del periodista Arturo Reyes Isidoro, en esa comida Duarte se jactó de que “el Presidente me tiene una estima que la siento en los hechos”, que “nunca he tenido un no del Presidente” y que “todo lo que le he pedido siempre me ha dicho que sí”.

Reyes Isidoro relata que no tuvo reparos en presumir: “Tengo una ventaja que es una gran responsabilidad: soy el único amigo veracruzano que tiene el Presidente”.

El columnista dice que lo atribuyó a que fue el primer gobernador que prácticamente lo destapó ante la clase política veracruzana durante una comida en el salón Tajín de la Casa Veracruz en septiembre de 2011 luego de un acto en que se hermanaron Xalapa y Toluca, cuando Peña Nieto aún gobernaba el Estado de México.

“Ahí dijo, sí quiero ser Presidente.Le dije que como consejero político nacional y estatal tenía todo mi apoyo y el del priísmo veracruzano”. Duarte les reveló que incluso en la campaña presidencial fue convocado al cuarto de guerra del mexiquense.

“El Presidente me tiene una gran estimación, que es correspondida”, afirmó, al igual que aludió a su buena relación con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y con el de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, fuertes aspirantes a la sucesión presidencial de 2018.

¿Acaso por eso lo buscó Yunes Landa horas antes de la comida en San Julián, encuentro que el senador negó y que Duarte confirmó?

“Me he reunido con Héctor. El viernes en la mañana, antes de la comida de Perote, platiqué con él. Le dije que lo respeto, que está en todo su derecho, pero que no comparto su estrategia. No lo entiendo”, cuenta Reyes Isidoro que comentó el gobernador, quien además le reclamó a Yunes landa que cómo quería ser candidato del PRI y ganar “madreando al gobernador priísta”.

Pues le hizo ver que “al que debilitas es a tu mismo instituto político”, ya que, le adujo, “la gente no va a pensar que es Javier o Héctor si madreas al PRI, yo soy línea de flotación del partido, estás escupiendo para arriba”.

Y que, aun así, el senador le pidió un “chance” porque, según le argumentó, “no puede cambiar su discurso”, a lo que Duarte le insistió en que “le baje dos rallitas, porque te conviene”. “Si quieres ser candidato del PRI no puedes ir con una plataforma gastada”, le advirtió.

Si Héctor no le baja a su discurso, entonces la decisión del gobernador quedaría sólo entre Silva Ramos y el senador Yunes Zorrilla, pues aunque dijo que “eso de las encuestas es una mama...”, Duarte afirmó que “Pepe está muy por encima de cualquier otro”, y que aparte de los sondeos de opinión, que son “una fotografía del momento”, se tienen que tomar en cuenta también otros factores, como por ejemplo “quién genera consenso”.

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