El misterio de la muerte del foto-reportero Rubén Espinosa, deja en claro la intolerancia de siempre en contra de de la libertad de expresión y el derecho de informar. Se trata de que ejercer el periodismo es la actividad de mayor peligro en el mundo, porque no hay respeto para quienes ejercen el oficio o la profesión en el orbe.

Una cámara o una pluma significa en cualquier parte del planeta, un arma peligrosa para quienes se oponen al deber de informar.

Desde la antigüedad, se han buscado las formas de ejercer control a quienes llegan a las masas para tratar de censurar o de dirigir los pensamientos, planteamientos y sobre todo la ideología.

El ejercer un control hacia quienes tienen el deber de informar en los medios de comunicación ha sido una práctica normal. Desde todos los órdenes se busca que el periodista este cerca para su manipulación o lejos para que no de problemas.

Pero en el mundo, la profesión de periodista crece cada día y cada vez más las aulas de las universidades se llenan para quienes pretenden en un futuro dedicarse a la actividad que ha sido considerada la más peligrosa de los últimos tiempos, más aun que la de piloto aviador o corredor de autos.

A pesar de los esfuerzos oficiales –gubernamentales—para establecer protocolos de ayuda y protección a periodistas en casos de necesidad y de peligro extremo, estos no funcionan y además los comunicadores no tienen confianza en nada que se considere de origen público.

Los hechos del fin de semana en donde Rubén y cuatro mujeres son asesinados en la ciudad de México, han consternado al mundo y las reacciones de los más importantes medios impresos y cadenas de noticias han dado puntual información en torno a este caso deplorable y sin dimensión de comparación alguna.

Mucha gente se pregunta, ¿Cuál era el temor hacia estas cinco personas ejecutadas en forma por demás increíble, inaceptable y con una violencia inaudita? La sociedad, los medios de comunicación y la prensa en conjunto están exigiendo justicia para este y todos los casos de periodistas caídos en cumplimiento del deber.

En otro tema, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa) apoya decenas de productores floricultores y de plantas de ornato, quienes exponen y venden de manera permanente su producción en el Parque Doña Falla, Casa de la Floricultura Veracruzana, siendo una actividad productiva muy atractiva por su alta rentabilidad.

La mayor producción ornamental se concentra en las regiones de las grandes montañas y la central, Los Tuxtlas y Sotavento, destacando los municipios de La Perla, Mariano Escobedo, Rafael Delgado, Atzacan, Ixtaczoquitlán, Fortín, Córdoba, Ixhuatlancillo, Jalacingo, Coatepec, Xico, Teocelo, Tepatlaxco, Omealca, Catemaco, Ángel R. Cabada, Xalapa, Perote, Huatusco, Altotonga, San Andrés Tuxtla, Santiago Tuxtla, Alto Lucero, Martínez de la Torre, Emiliano Zapata, Medellín y Paso del Macho.

La asesora en el Parque Doña Falla, María de la Paz Méndez Guzmán, destacó que “podemos encontrar en este espacio una producción de floricultores de Actopan, Coatepec, Cosautlán, Emiliano Zapata, Jilotepec, Paso de Ovejas, Perote, Altotonga, Veracruz, Xalapa, Xico y Teocelo”.

Los productores aprovechan las instalaciones para promover sus plantas y mejorar las condiciones de vida familiar, ofreciendo a su vez asesoría para jardinería al público que guste y cuente con el espacio para procurar esta cultura, que todos deberíamos adoptar ante los efectos del Cambio Climático.

Las plantas son potabilizadoras de agua y oxígeno, y aportan tranquilidad a las personas, sobretodo en épocas como la que vivimos, en la que el estrés es un mal cotidiano, subrayó Méndez Guzmán, al tiempo que recomendó visitar las instalaciones que cuentan con agradables espacios para pasar un día familiar rodeado de la naturaleza.

Por cierto, el secretario general de gobierno, Flavino Ríos Alvarado, muy serio y contundente en torno a su compromiso con el gobernador Javier Duarte, se apoyar hasta el cierre del actual mandato. Así las cosas