Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Pasión o desperdicio
2015-07-31 | 09:18:46
El ginecólogo le informó a Bobolina: “Vas a
tener un bebé”. Preguntó ella, suspicaz: “¿Está
usted seguro de que la criatura es mía?”...
El reverendo Rocko Fages, pastor de la
Iglesia de la Segunda Venida (no confundir con
la Iglesia de la Segunda Avenida, que permite
a sus feligreses cometer el pecado de adulterio
a condición de que después aprendan de memoria
seis versículos de la Biblia), el reverendo
Rocko Fages, digo, no tenía esposa ni amiga.
Eso lo llevaba a veces a incurrir en placeres
solitarios que luego lo apenaban, pues lo que
hacía no cuadraba ni con su edad ni con su
ministerio. Habló entonces con la hermana
Calvinia, organista de la congregación, y le
dijo: “Estoy tratando de dejar el hábito de
la masturbación, hermana. ¿Podría usted
echarme una manita?”...
Don Madano, señor bastante robusto, por
no decir tremendamente obeso, iba a hacer un
viaje por avión, y la línea aérea lo hizo comprar
dos asientos para él solo. Su esposa lo consoló:
“No te mortifiques, viejo. Piensa que te darán
dos bolsitas de cacahuates”...
Los músicos que tocaron un concierto en
beneficio del programa para prevenir embarazos
no deseados se salieron un segundo
antes de terminar.
¿Qué fue de Mario, aquel alumno mío en
el curso de Literatura Mexicana que impartí
como maestro huésped de la Universidad
Autónoma de Nuevo León? La asistencia a
mis sesiones semanales era de tal manera
grande -se inscribieron 400 estudiantes- que
me asignaron como salón de clases la preciosa
Aula Magna del antiguo Colegio Civil de
Monterrey.
El promedio de edad de los asistentes
andaba en los 20 años. Mario tendría 70.
Había vivido su vida como la vida se debe
vivir: apasionadamente. (Todo lo que en la
vida no es pasión es desperdicio).
Hablaba con arrobo de una vedette que
actuó en sus tiempos con el nombre de La Fata
Morgana. Admirador fervoroso de Lorenzo
Garza, contenía sus hiperbólicos elogios al Ave
de las Tempestades por respeto a mi paisanaje
con Armilla, el Maestro de Saltillo.
Citaba con igual prestancia las Confesiones
de San Agustín y El Capital de Marx. Todo
lo sabía Mario, menos si iría a comer el día
siguiente.
A su edad conservaba ímpetus de juventud.
Cuando en mi clase decía yo algo que lo entusiasmaba
se ponía en pie aplaudiendo, y con
un sonoro grito exhortaba a sus compañeros a
hacer lo mismo: “¡Aplaudid, manos ociosas!”.
Pues bien: este día yo repito sus palabras:
“¡Aplaudid, manos ociosas!”. ¿A quién? Al
Presidente Peña Nieto, a Emilio Chuayffet,
secretario de Educación, y a Gabino Cué,
gobernador de Oaxaca.
Le quitaron a la nefasta CNTE la propiedad
del Ieepo, y al hacerlo sacaron de las manos de
los inmorales líderes el control caciquil que
detentaban sobre los niños, los jóvenes y los
maestros oaxaqueños.
Tendrán ahora los profesores de Oaxaca
la oportunidad de ser maestros verdaderos,
y no carne de manifestaciones, bloqueos y
plantones al servicio de una corrupta casta de
vividores y en contra del bien de su comunidad.
Por esa acción -más vale tarde que nuncael
presidente, el secretario y el gobernador
merecen reconocimiento. Hago llegar el mío
por medio de este largo aplauso, tributado
con ambas manos para mayor efecto: ¡Clap
clap clap clap clap clap clap!...
Un viajero llegó a cierto hotel que se anunciaba
como “inteligente”. Le dijo al encargado:
“Me hace falta un corte de pelo. ¿Hay peluquería
en el hotel?”. “No, señor -respondió
el hombre-, pero tenemos una máquina que
hace lo mismo que un peluquero”.
Fue el viajero, metió la cabeza en la tal
máquina, depositó el dinero correspondiente
y el aparato le hizo el mejor corte de pelo que
le habían hecho en su vida.
Al lado estaba otra máquina que decía:
“Manicure: 50 pesos”. Depositó el dinero,
metió las manos en el artefacto y recibió un
perfecto manicure.
Un tercer aparato había ahí. Decía: “Esta
máquina hace lo que un hombre necesita
más cuando está lejos de su casa”. El servicio
costaba sólo 5 pesos. Metió en la máquina el
viajero la correspondiente parte. La máquina
hizo: “Sszzzz”.
El viajero lanzó un tremendo ululato de
dolor y con mano temblorosa sacó lo que había
metido. La máquina le había cosido un botón
en la punta de la citada parte. FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
Variación opus 33 sobre el tema
de Don Juan.
A las 80 años de su edad Don Juan
escribió sus memorias.
En sus páginas habló de todas las
mujeres a las que sedujo. No puso
nombres, claro -Don Juan fue siempre
un caballero-, mas describió en detalle
su relación con ellas.
Recordó a aquella dama de la reina
a la que hizo el amor en el aposento
contiguo al de la soberana.
Mencionó a la esposa de aquel ricohombre
a la que poseyó en el lecho
conyugal mientras al lado roncaba
su marido.
Evocó a la ingenua muchacha campesina
que al principio se le resistió y
que le dijo luego: “¿Lo hacemos otra
vez?”.
A todas las mujeres que amó citó en
su libro, que resultó por eso un robusto
volumen.
A los pocos días de la aparición de
la obra una muchedumbre de furiosas
féminas se reunió al pie del balcón
de Don Juan. Todas le gritaban indignadas:
-¿Por qué no pusiste nuestros
nombres?
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
La Selección Mexicana se enfrentará
en futbol con Estados Unidos.”.
Críticos muy imparciales
-algunos hay todavíase
preguntan si ese día
le regalarán penales.

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