Por Silverio Quevedo
Columna: En la mira
Duarte, reto en puerta
2015-06-03 | 08:30:58
El gobernador Javier Duarte de Ochoa invirtió dos años, al inicio de su mandato, para trabajar en el renglón de la seguridad. La lucha fue incesante en un principio hasta que las balaceras, extorsiones, secuestros a la población civil, y lo peor, homicidios aún cuando se pagaba el rescate por las víctimas, cesaron por lo menos durante un buen lapso.
El mandatario veracruzano requirió de los siguientes dos años para buscar enderezar el barco. Para nadie era un secreto que recibió o al menos continuaron las finanzas con problemas, en su mayor parte se debe a los altos pagos de intereses por la bursatilización,. A esto se le sumó la necesidad de transparentar acciones y rubros dentro del gobierno, pues como alguna vez comentaría en privado y ante un reducido grupo de amigos, le tocó limpiar el refrigerador de la casa.
Y es que si bien se cree que con Fidel Herrera se generó la mayor deuda pública de Veracruz, el saqueo a las arcas o el empobrecimiento de las arcas no fue exclusivo de ese sexenio. Los gobernantes y funcionarios que, aún cuando vengan de buena cuna, están acostumbrados a amasar más fortuna, o al menos, no obligan a sus colaboradores a amarrarse las manos.
Es el caso del periodo de Miguel Alemán Velazco cuando fue vergonzoso y secreto a voces, que un secretario de Salud como Mauro Loyo que hiciera los más grandes negocios en el sector, con la compra de equipo, medicinas, laboratorios, incluso montando empresas propias con el saqueo –literal- de infraestructura del gobierno.
Otro caso en el mismo sexenio fue en Seguridad Pública. Todavía se recuerda que la lumbre le llegó al entonces director del área, Valentin Romano, dedo chiquito de Alejandro Montano entonces secretario de Seguridad. Y fue cuando al chaparrito funcionario se le señaló de la compra de chalecos antibalas en pésimas condiciones, así como todo tipo de utensilios para el sector, lo que a la postre se corriera la versión eran producidos por empresas de su propiedad.
Y que decir del antecesor de Alemán, Patricio Chirinos y el vicegobernador, Miguel Angel Yunes, que hoy se rasga las vestiduras por un “corrupto y saquedor gobierno” pero de cuando fuera secretario de Gobierno poco habla. Y un estado que se quedó sumido en la pobreza del campo, estatizado. Tampoco escapa Dante Delgado Rannauro, a quien se le encarceló incluso en el sexenio de Chirino-Yunes acusado de desvíos.
Esto ha sido históricamente una práctica de los que han encabezado los gobiernos, pero no por eso se debe dar, es momento de romper las cadenas, que en este sexenio se sumaron a la difícil situación económica del país y de todas las instancias.
Así, aunque lo dijo y luego se desdijo, o intentara encauzar la frase, en medio de este escenario que debió enfrentar, Duarte ya no pudo evitar lo expresado que además encaja perfectamente. Le “tocó bailar con la más fea”. Y parece que el tema de seguridad es obligado, ha resurgido y lo que tiene al Ejecutivo más que ocupado y preocupado. Porque sabe que ese fue uno de sus principales compromisos y no permitirá que se le salga de control.
Y a que fue una de las prioridades de este gobierno Duarte tendrá que demostrar que es el momento de acabar con ese fantasma que tanto lacera y lastima a la sociedad veracruzana. Igual que en todo el país.
Aun lado se deben quedar los resultados electorales, y nada de esto relacionar con el voto de castigo. Aquí la necesidad de procurar la seguridad pública es más que apremiante y rebasa cualquier escenario de ese tipo en donde diversos actores lo pretenden encasillar, o en su caso, utilizar con fines electoreros.
Es una obligación constitucional respetar las garantías de los ciudadanos y sin duda un compromiso más que ético social y moral de todo gobernante.
MUY EN CORTO
FHB. ALTO RIESGO. Si la política fuera como el fútbol entonces el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán está exponiendo su invicto que lo ha llevado a ser considerado como el mejor operador político del PRI.
Y es que como alguna vez lo declaró "nunca perdió un volado", pues el de Nopaltepec ganó seis elecciones de mayoría siendo cuatro veces diputado federal, una vez senador de la República y finalmente mandatario de Veracruz.
Luego como ejecutivo estatal recuperó las alcaldías de Veracruz y Boca del Río y en el 2010 maniobró para dejar a su sucesor y evitar a toda costa que su acérrimo rival, Miguel Angel Yunes Linares, obtuviera el poder.
Ahora ha vuelto a tomar su estafeta de operador, cuando parecía que se había retirado de las elecciones, y se ungió como el coordinador de campaña de facto de Carolina Gudiño Corro, quien busca la diputación federal por el distrito IV.
Una demarcación donde vuelve a estar presente su archienemigo Yunes Linares, quien es el responsable de hacer que gane el panista Francisco Gutierrez de Velazco Urtaza.
Y en ese escenario Fidel Herrera busca volver a ganarle a su clásico rival, pero ahora bajo un alto riesgo, pues su imagen pública está desgastada, asociada con la corrupción, la inseguridad y por si fuera poco adolece del financiamiento que tuvo en otras temporadas, cuando compraba conciencias con maletas de dinero.
Hoy el recién nombrado delegado del CEN del PRI está ante el más grande desafío que ha enfrentado, pues las encuestas hablan que su candidata Carolina Gudiño no lleva la delantera, por lo que está latente que el mito se puede terminar el 7 de Junio.
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