En el distrito de Cosamaloapan la diputada Marcela Aguilera ha perdido el equilibrio y ahora que está la alianza PRI y Verde pide a la militancia no votar por el PVEM porque es fortalecer al TÃo Verde. Las razones solo ella las sabe.
La tesis al exterior de la actual legisladora por el distrito de Tierra Blanca está basada en que el Verde está funcionando como partido para refugiar a varios priistas de la zona.
Y como a Marcela se le acusa de que tiene dividido al PRI, sabe que ésta sin duda se ha convertido en una oportunidad para cobrarle facturas a la integrante de la Unión General Obrero Campesino y Popular, casi extinta, Ugocep, que fundara y robusteciera en la zona, su maestro Margarito Montes Parra.
Ahora los politólogos de la zona se desconciertan porque Aguilera desconoce al llamado ya el TÃo Verde lo desacredita y es la principal denostadora de Javier Herrera, hijo del ex mandatario, Fidel Herrera quien después de la muerte de Montes Parra le dejara ese espacio polÃtico en la Cuenca.
Además a varios grupos del PRI no se le olvida como a finales del año pasado le pidió en un restaurante de mariscos de Boca del RÃo al presidente nacional de Nueva Alianza, Luis Castro Obregón, la candidatura a la diputación federal por esa demarcación.
Lo que los politólogos no saben es que Marcela, al igual que otros actores de la zona, han buscado sendos beneficios bajo la advertencia de no apoyar al que han dicho es el candidato del gobernador Javier Duarte. Por ejemplo, algunos piden canonjÃas, apoyos para sus grupos, pagos, y en este caso, la solicitud de la candidatura suplente.
Durante varias ocasiones le envió el mensaje al mandatario veracruzano de que si no era para su hermano la candidatura no contaran con ella. No está en posición de exigir, fue la respuesta. No conforme lo hizo incluso en forma directa con el propio Duarte quien le reviró que la decisión estaba tomada, sobre todo con el antecedente legal de uno de sus familiares.
La postura de Marcela no es la única. Hay más. Otros actores no han podido ser amarrados. Y además de seguir en funciones en el gobierno estatal están tirando sendas piedras al candidato priista, Arturo Tarek Abdalá.
La operación polÃtica del grupo Tarek ha sido ineficiente o simplemente el cinismo y desvergüenza del funcionario ex panista hoy en el gobierno del PRI es más grande. Se trata del director del Instituto de Bioenergéticos, Osiel Castro de la Rosa, quien tiene sus intereses y grupúsculos en la Cuenca del Papaloapan.
Este personaje es a quien se le adjudica difundir el tema de que el candidato del tricolor no es de la Cuenca ni es de otro paÃs, sino que es del Distrito Federal. Para lo que presentó hasta acta de nacimiento. El asuntito le salió muy caro al ex tesorero.
Otro más que anda suelto con sus travesuras es el delegado del Instituto Nacional de Migración, Tomás Carrillo, quien no mueve un dedo a favor, pero según él jura y perjura que tampoco en contra.
Mucho tendrá que trabajar el abanderado del tricolor comenzando con la diputada para que se unifique su criterio y sepan que el rojo y el verde es lo mismo. De tal forma, que no ande diferenciando el voto en su contra.
Como si no hubiera suficiente calor en esta región geográfica de Veracruz que todavÃa se le sube de tono polÃtico y se pone más caliente.
MUY EN CORTO
Hay una empresa de nombre Duprax que se está viendo beneficiada en estas campañas, pues hay varios candidatos rojos como Elizabeth Morales, Edgar Espinoso y Cirilo Vázquez Parissi, entre otros que son sus clientes.
Se habla que su poderoso "padrino" es un ex gobernante que les recomienda a los priistas que contraten sus servicios y por los que cobra una buena cantidad de recursos en donde por supuesto alguien se lleva el diezmo.
A los abanderados del tricolor les venden publicidad estática, gorras, lonas, micro perforados y logotipos y supuestamente utiliza material que no contamina, sin duda negocio redondo. Estas imposiciones no ayuda en nada y limita mucho a los candidatos.
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