Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Nuevos tiempos de la iglesia
2014-04-27 | 21:40:02
La canonización de los Papas Juan Pablo II y Juan XXIII, ha sido el acontecimiento más importante de la iglesia universal en tiempos del Papa Francisco, lo que sin duda ha fortalecido a los cristianos del mundo en la confirmación de su fe, pero sobre todo en lo que se ha visto como la renovación de la iglesia católica en una nueva época llena de apego a los evangelios, pero principalmente al ejemplo de Jesús de Nazaret.

Sin lugar a dudas, el Santo Padre, como en el mundo se le llama al Papa Francisco, se le ha visto como un sólido líder mundial, un estadista que ha llevado al Estado Vaticano por el camino del acercamiento de los diversos países del mundo hacia a la paz, y a las demandas sentidas de su papado de lucha por los pobres, y los derechos de los niños, las mujeres y de los ancianos.

Don Mario Bergoglio, el primer Papa de América Latina en una larga historia de más de dos mil años de la iglesia universal, se consolida seriamente como el más fuerte candidato al premio nobel de la paz, por los hechos que se traducen en una realidad innovadora de cambio y de una nueva visión en una iglesia que en el día a día gana adeptos de todas las nacionalidades a través de las conversiones hacia el cristianismo, que hoy por hoy al parecer vive sus mejores tiempos, demostrando que nada riñe en la era del ciberespacio entre la religión, los fieles y una iglesia que da paso a la adaptación hacia los nuevos horizontes que no han sido un reto, sino las mejores herramientas para proclamar la palabra de Jesús por todas las naciones.

Un acto histórico para la canonización de dos papas santos como lo son San Juan Pablo II y San Juan XXIII, quienes tendrán sus fechas de celebración el 22 y 11 de octubre, respectivamente, según ha sido marcado en el calendario de la iglesia.

Una parte emotiva fue cuando el Papa Francisco, antes de iniciar la liturgia pasó a saludar al obispo emérito de Roma. Benedicto XVI, sentado en primera fila y cuando llevaron al altar las reliquias de los dos santos, consistentes en una ampolleta de la sangre de San Juan Pablo II y restos de hueso de San Juan XXIII.

La presencia de miles de peregrinos de todo el mundo que abarrotaron la plaza de San Pedro y la Vía de la Conciliación en el Vaticano para ser testigos de este hecho histórico, junto con cientos de jefes de estado y de invitados especiales de todo el mundo a los que el Papa Francisco, les agradeció en la homilía su presencia y también ante las cámaras de la televisión vaticana que transmitió en vivo la celebración, los saludos personales cariñosos de respeto para el Santo Padre, en donde destacó entre muchos y fue notorio el saludo afectuoso ara el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quién desde su país llevó las rosas, rojas y amarillas para adornar este evento litúrgico de canonización.

Presente el cardenal primado de México, Norberto Rivera, en la marcha apostólica de todos los cardenales que encabezó al Papa Francisco a su llegada a la ceremonia, en donde cientos de sacerdotes y diáconos en forma ordenada llevaron la comunión a los peregrinos.

Los cantos tradicionales acordes a la liturgia se escucharon con alegría, así como el evangelio, que es el que da el domingo de la pascua en la resurrección de Jesús en latín y griego.

Rompiendo el protocolo, el Papa Francisco, hizo un largo recorrido al final en el papa-móvil para despedirse de los miles de personas que no se movieron de sus lugares en las vallas ya saludar al Santo Padre, el Papa de los Pobres, llegando hasta la gente que se encontraba en la Vía de la Conciliación.

San Juan Pablo II se le ha considerado el santo de la familia, de los jóvenes y de los niños, mientras que San Juan XXIII ha sido considerado el santo de los enfermos por los milagros concedidos ya a los fieles.

En la iglesia universal católica, apostólica y romana, en tiempos del Papa Francisco, el mundo tiene ya dos nuevos santos a quién acudir para las causas difíciles e imposibles como intercesores ante Dios y María santísima, se ambos se consagraron en una misión pastoral para la evangelización y que se ganaron un lugar especial para su canonización como consecuencia de sus acciones en la tierra como visionarios del cristianismo y luego como beatos de la iglesia, pero ya han sido declarado santos por el Papa Francisco. Así las cosas


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