Por Catón
Columna: De política y cosas peores
El Pecador
2014-04-27 | 09:27:14
El recién casado se quejó con sus amigos: “Mi esposa está haciendo que pierda mi autoestima”. “¿Por qué?” -le preguntó uno. Respondió el flamante desposado: “Cuando hacemos el amor siempre me dice: ‘Tengo la seguridad de que de disfrutaría más esto si estuviera sola’”...
Doña Uglilia y don Picio eran muy feos, pero extrañamente tenían hijos muy hermosos. En cierta ocasión fueron con ellos a un centro comercial. Los vio doña Panoplia de Altopedo, dama de buena sociedad que iba con una amiga, y comentó, grosera: “Mira qué caras tan feas tienen esa mujer y ese hombre. ¿Cómo es posible que hayan hecho hijos tan bonitos?”. Don Picio, que alcanzó a escuchar el comentario, se volvió y le dijo: “No los hicimos con la cara, señora”...
Dos mexicanos trabajaban en una fábrica en Chicago. Un día se pusieron a consultar el diccionario, pues era escaso su conocimiento del idioma inglés. Le dijo uno a otro después de hojear trabajosamente el libro: “Sun significa sol, y beach significa playa. Seguramente lo que el patrón quiere es llevarnos a la playa a tomar el sol. Siempre nos dice unas palabras que suenan como a sun y a beach”...
Doña Macalota, nueva rica, fue a comer con una amiga en un restaurante de comida oriental cuyos clientes eran todos japoneses. Tras observar a los comensales dijo: “Si los japoneses son los magos de la tecnología ¿entonces por qué comen con palitos?”...
“Los pobres heredarán la tierra” -dijo el Padre Arsilio en su sermón. El pordiosero que pedía limosna en la puerta de la iglesia le dijo a su compañero: “Ojalá mi lote esté en una playa de Cancún”...
El gato y la gata reprendieron a su hijo, que se salía por las noches a vagar. Protestó el gato joven: “¡No me dejan ustedes vivir mis vidas!”...
La señora que acababa de dar a luz notó un gesto de preocupación en el pediatra que revisó a la criatura. Le preguntó, angustiada: “¿Tiene algo mi bebé, doctor? ¡Dígame! ¿Tiene algo?”. “Su bebé nació bien, señora -responde el especialista-, y está perfectamente sano.
Pero tiene una peculiaridad muy especial: es hermafrodita”. “¿Hermafrodita? -repitió con inquietud la parturienta-. ¿Qué quiere decir eso?”. “Quiere decir -le explicó el médico- que posee al mismo tiempo características de hombre y de mujer”. “No entiendo -dijo la señora-. ¿Significa eso que tiene pene y cerebro?”...
El viejecito les contaba a sus nietos las violencias que en su casa había sufrido en los tiempos en que había bandoleros. “Entraron y le quitaron un pecho a la sirvienta”. “¡Santo Dios! -exclamó espantada una de las nietas-. Y a mi abuelita ¿qué le hicieron?”. Responde tristemente el ancianito: “A ella le quitaron uno chincuenta”...
En Estados Unidos un católico creyó advertir que el seguro contra incendios era más caro para los católicos que para los protestantes. Hizo una reclamación formal ante la compañía. Dijo que eso era discriminación religiosa. “No lo es -replicó el gerente-. Lo que sucede es que ustedes tienen veladoras en sus casas”...
Pepito le dijo a Juanilito: “Mi papá se levanta todas las mañanas del domingo y camina 5 kilómetros”. “Es una buena distancia -comentó Juanilito-. Y ¿qué hace por la tarde?”. Responde Pepito: “Termina de caminar el último kilómetro”...
El gran pecador oyó por fin la voz de su conciencia y decidió cambiar de vida. Arrepentido de sus culpas, contrito por la ruin existencia que hasta entonces había llevado, buscó a un sacerdote e hizo ante él la confesión general de sus iniquidades. El confesor le dijo: “Sólo puedo darte la absolución si encuentras un alma caritativa que esté dispuesta a rezar por ti 2 mil rosarios”.
El pecador se angustió: a nadie conocía capaz de hacer por él tal sacrificio. En la última banca de la iglesia vio a una mujer que rezaba piadosamente su rosario. El pecador, acostumbrado a arreglarlo todo con dinero, fue hacia ella y le dijo: “¿Le gustaría ganarse 500 pesos?”. “Que sean mil -respondió ella-, y tú pagas el cuarto”...
Libidiano Pitorreal, galán concupiscente, asediaba con urticantes demandas de erotismo a Dulcilí, joven mujer sin ciencia de la vida. Ella se resistía a sus embates lúbricos, pero el labioso seductor no levantaba el sitio. Finalmente una noche Susiflor le dijo a Pitorreal con timidez de tórtola: “Si hago lo que me pides ¿me respetarás mañana?”. “-Desde luego que sí -prometió Libidiano-. Claro, si lo haces bien”... FIN.


Mirador
Armando Fuentes Aguirre

Historias de la creación del mundo
En realidad Adán no iba a comer el fruto del Árbol del Bien y del Mal.
El hombre era sumiso a la voluntad de su Creador, y temeroso de Dios. Por eso no iba a comer el fruto prohibido.
Pero Eva le dijo algo en voz baja.
Entonces Adán abrió mucho los ojos y con voz anhelante preguntó:
-Que tú vas a comer la manzana, y luego voy a comer yo, y luego haremos... ¿qué?
Eva explicó detalladamente lo que iban a hacer después de comer la manzana.
Por eso Adán comió.
Y comió.
Y comió.
¡Hasta mañana!


Manganitas
por afa

“...Funcionarios de Oaxaca bajan la guardia ante la CNTE...”.
Los “maestros” no trabajan
y los funcionarios ceden.
A todo, vemos, acceden.
Otras cosas más se bajan.

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