Por Raymundo Jiménez
Columna: Al Pie de la Letra
Sospechosismo
2013-07-02 | 10:05:03
Eduardo de la Torre Jaramillo, candidato del PAN a la diputación local por el distrito Xalapa Urbano, apareció públicamente ayer con acentuados moretones en el rostro, producto de una golpiza propinada durante un presunto asalto cuando transitaba –dijo– por la avenida Murillo Vidal, junto con algunos miembros de su equipo.
Según las notas periodísticas que circularon, el abanderado del partido blanquiazul no aportó detalles de la agresión; sin embargo se apresuró a inculpar al “PRI gobierno”.
Pero de acuerdo a las últimas encuestas publicadas, De la Torre Jaramillo no representa electoralmente ningún riesgo para el candidato priista Ricardo Ahued Bardahuil, quien encabeza con un amplísimo margen las preferencias de los votantes xalapeños.
¿Cuál habría sido entonces la causa o motivo para que el partido en el poder dizque “atentara” contra este inofensivo abanderado del PAN y le diera pretextos a sus principales adversarios para generar ruido mediático nacional y desacreditar a priori la elección que prácticamente ya tiene asegurada el PRI en la capital del estado?
De acuerdo con las versiones periodísticas que circularon este lunes 1 de julio, el candidato del PAN a diputado por Xalapa supone que el ataque habría sido porque fue entrevistado como opositor por funcionarios norteamericanos de la Embajada de Estados Unidos.
¿Habría declarado a los gringos algo realmente grave que pudiera desestabilizar a la administración estatal y provocar inclusive la caída del gobernador o de altos funcionarios priistas del estado? Francamente es de dudarse, pero lo más sano para todos es que lo detallara.
De la Torre ya presentó denuncia formal ante el Ministerio Público, al cual le corresponderá practicar las investigaciones. Seguramente pedirá más detalles al candidato del PAN y confrontará sus declaraciones con las de los miembros de su equipo que lo acompañaban.
Como usualmente sucede en este tipo de agresiones por cuestiones políticas, habría que preguntarle si sus atacantes le dejaron algún “mensaje”. ¿Qué le “robaron”? ¿Cuántos y cómo eran? Si iba acompañado de “su equipo”, ¿cómo fue que a él le tocó la peor parte de la golpiza?
Esperemos que a este caso no se le de carpetazo después de las elecciones, pues la opinión pública debe saber cuál fue el verdadero trasfondo de esta extraña agresión.
Y es que hasta al interior del mismo PAN existen voces de militantes distanciados de la cúpula estatal que no descartan que De la Torre pudiera haber sido “víctima” del juego perverso de un ambicioso grupo de neopanistas que solo buscan el poder por el poder, y que al saberse de antemano perdidos buscan de diversas formas desacreditar la elección.
Señalan concretamente a un poderoso expriista que frecuentemente solía recurrir al mismo modus operandi cuando se desempeñó en Veracruz como alto funcionario del gobierno del estado y directivo del PRI. El mismo que ahora impulsó a sus propios candidatos y que busca ganar las principales alcaldías de la entidad para que en el 2016 como ediles panistas lo apoyen en su obsesión por la gubernatura del estado.
De la Torre no sería el primero ni el último que fuera víctima de lo que coloquialmente suelen llamar “fuego amigo”, y que suele darse en todos los partidos, no solo en Acción Nacional.
Y es que no es por intrigar, pero recuérdese que el golpeado candidato del PAN a diputado local fue uno más de los que hace un mes desairaron al dirigente nacional Gustavo Madero, quien vino a Xalapa a acompañar al aspirante yunista Abel Cuevas Melo en su inicio de campaña por la presidencia municipal.
Lo cierto es que ahorita cualquier incidente violento en contra de algún candidato del partido blanquiazul de inmediato le va a ser atribuido al gobierno estatal y al PRI.
Habría que ver cuántos casos realmente se apegan a la verdad, pues tampoco es descartable que la oposición recurra a este tipo de artimañas desesperada por su desventaja a unos cuantos días de la elección.
Esperemos que el Ministerio Público esclarezca no solo este presunto “atentado” contra Eduardo de la Torre, sino los denunciados también por otros candidatos del PAN en Tierra Blanca y Tlalixcoyan, donde los panistas acusaron igualmente al PRI de haber incendiado camionetas y baleado la casa de uno de sus abanderados, mientras que los priistas reviraron que se trató de autoatentados, pues curiosamente en ambos casos no hubo víctimas.
En Coxquihui el partido blanquiazul reclamaba la militancia de una persona muerta durante la trifulca ocurrida la semana anterior en ese municipio de la sierra de Papantla, pero el tricolor los desmintió al mostrar una credencial de afiliación del difunto.
¿A quién creer, cuando en abril el candidato del PAN a la alcaldía de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, simuló también una supuesta “detención arbitraria” de la Policía Naval, cuya fotografía del falso incidente hizo circular por las redes sociales?
Este domingo 30 de junio, en Xalapa, su hermano, el senador Fernando Yunes ofreció 50 mil pesos por cada “mapache” que sea “cazado” durante la jornada electoral del 7 de julio, pues aseguró que no descarta intentos del PRI y del gobierno estatal para allegarse de votos de manera ilegal.
Pero, ¿qué acaso no fue este mismo senador del PAN quien hace apenas un par de semanas fue fotografiado en la bodega de una colonia del municipio boqueño, donde fue detenido por la policía estatal un tráiler con miles de despensas que presuntamente eran para la campaña municipal de su hermano? Es más, este sábado 29 de junio, el dirigente estatal del PRI, Erick Lagos, presentó videos en los que aparecen panistas de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río entregando despensas en apoyo de los candidatos del blanquiazul.
“Ese dinero saldrá de mi cartera”, fanfarroneó anteayer Fernandito Yunes desde el templete montado en el campo deportivo de la colonia 21 de Marzo, de Xalapa, donde cerró campaña Cuevas Melo.
Pero los veracruzanos nos hemos enterado por Manuel Espino Barrientos, exdirigente nacional del PAN, del dudoso origen de la fortuna familiar de los Yunes de Boca del Río. Tan es así que el expanista presentó ante la PGR una denuncia penal por presunto enriquecimiento ilícito de Miguel Ángel Yunes Linares y su primogénito, a los cuales les imputa bienes inmuebles y cuentas millonarias en México, Estados Unidos y España, cuyos montos –asegura– no coinciden con sus ingresos durante los años en que padre e hijo ocuparon cargos públicos en el gobierno federal y el Ayuntamiento boqueño.
Ayer, por ejemplo, un diario de la ciudad de México detalló otro estado de cuenta recién descubierto por Espino en el Bank Mandiri, de Indonesia, donde aparecen cinco depósitos millonarios realizados en el 2010 a la cuenta de “Miguel A. Y. Linares”. ¿Las iniciales serán mera coincidencia?

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