Por Raúl López Gómez
Columna: COSMOVISIÓN
El fin de la partidocracia
2013-03-26 | 21:20:47
El doctor Pablo González Casanova, ex rector de la UNAM que renunció en protesta a los problemas estudiantiles de 1968, se convirtió en uno de los más destacados sociólogos conocedores como experto en el tema de la democracia y poder, tema en el que se especializó al escribir múltiples ensayos y libros traducidos a varios idiomas por su importancia.

En México el tema de la política como una actividad se ha prostituido y después del presidencialismo a ultranza el país ha caído en el poder de los partidos políticos, la famosa partidocracia que ha dado al surgimiento de los monstruos que vía la integración de alianzas buscan acceder al poder político con fines únicamente de satisfacer ambiciones de grupo y personales.

El país se encuentra sumergido en la barbarie, en los más altos niveles de impunidad y en los grabes problemas sociales, económicos y de inseguridad, pero nadie se atreve a dar una pauta de respeto por la legalidad, la aplicación del derecho y de apego a la equidad y la justicia social.

En el pacto federal con las entidades federativas, no hay avance a pesar de que los gobiernos estatales están actuando con la interlocución de la CONAGO, pero no se ven avances a los grandes problemas nacionales.

El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha generado las grandes expectativas y la gente quiere soluciones rápidas a problemas urgentes.

En el gobierno plural peñista, únicamente se abrieron espacios a prominentes miembros de los partidos de oposición para ocupar puestos importantes, pero desde la academia y la sociedad civil, una vez más se cerró la puerta a quienes sin bandera partidista no pueden ni son reconocidos por los bloques de la partidocracia.

El sistema político mexicano, agónico y decadente no se moderniza, a pesar del mismo discurso y de los vanos intentos de modernización de las instancias de administración y aplicación de justicia, en donde los índices en materia de impunidad siguen en los parámetros más elevados en donde se percibe que la sociedad se enfrenta a vivir en un estado de derecho, sin el imperio de la ley.

A pesar de todo, en la luz al final del túnel que se logra ver en los pocos avances en materia de seguridad y no se quieren reconocer por la federación, porque en este momento están y siguen en los acomodos y reacomodos de la alta burocracia para los ocupación de los puestos públicos, pero la planeación no tiene para cuando acabar.

Los expertos en el análisis de la política ven en este momento el retorno del presidencialismo en donde quedan los estados al servicio del ejecutivo federal, sin opción a los acuerdos.

La división de poderes era lo único que mantenía el equilibrio a las acciones en el trabajo político, pero a todos menos al presidente y en igual forma sucederá en los entidades federativas se quitan el fuero a todos los funcionarios en todos los órdenes, cuando no ven ni siquiera los juicios políticos para llamar a los responsables de una acción u omisión delictiva a quitarles aunque sea el cargo.

Las múltiples acciones a un gobierno que en los primeros cien días apaciguo los excesos y en su caso las simulaciones de los dos sexenios anteriores, han servido para restarle el gas a la bomba de tiempo, mientras que el país, sigue transitando por la vía de la conservación a una vía productiva y de resultados.

El caso del “Elbazo” al parecer sólo quedó en un solo llamado al respeto a la legalidad y a la ubicación de quienes por años se han excedido en las grandes ambiciones y pretensiones de vivir en la abundancia fraudulenta a costillas de trabajadores, consumidores y gobernados.

El presidente Enrique Peña Nieto, ha sostenido que en cien días no ha sido suficiente mitigar los grandes problemas nacionales sobre todo en materia de seguridad y que por lo menos hay que esperar un año a que se vean los resultados.

Pero por el momento la duda entre la población es la pregunta de y quién sigue a las acciones que en materia de aplicación de la ley ha empezado el gobierno peñista con el pie derecho, pero la gente quiere ver más resultados con otros sindicatos, empresarios y políticos que se han enriquecido desmesuradamente como consecuencia de la impunidad.

Quienes en México han estudio al poder y la democracia como lo hiciera brillantemente el experto sociólogo, don Pablo González Casanova, pueden advertir que la población tiene una especial forma de votar en los procesos electorales y que después de los setenta años de poder del PRI y del voto de castigo dado en el año 2000, ahora después de los doce años fatídicos de dos gobiernos panistas en el ejecutivo federal, los ciudadanos han dado un voto de confianza a los priistas para el retorno al poder presidencial.

Lo único es que en el asunto de la balanza democrática, los electores estarán haciendo uso del sufragio con un especial estilo en donde sin lugar a dudas estarán normando el criterio para seguir castigando al PAN que fallaron en su acceso a los tres niveles de gobierno o que sucederá si el PRI vuelve a recibir un voto preferencial. La pregunta esta en el aíre. Así las cosas.

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