Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
2011-10-12 | 22:02:25
Al Mtro. José Pablo Robles Martínez
Impulsor de las nuevas generaciones de
jóvenes en Veracruz

La era digital

Los jóvenes cada vez más se interesan en el uso de las redes sociales en internet, dijo el doctor en comunicación Marco Agustín Malpica Rivera, catedrático de la Facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana, presentó en un evento en Xalapa en el marco de las jornadas del conocimiento global, la ponencia: las Nuevas Tecnologías Aplicadas al Contexto de la Educación Universitaria

Al abordar el concepto de técnica, existen aportaciones que parten desde la misma definición de la techné, que busca un acto perfecto que contribuye a una vida cualificada, es decir, éticamente buena y políticamente justa, hasta la relación tripartita entre filosofía, ciencia y técnica, o entre ciencia, tecnología y sociedad.

La función de la técnica pertenece y se inscribe en el marco de la polis (en la antigua Grecia, considerada como un estado autónomo constituido por una ciudad y un pequeño territorio).

En la medida en que este concepto significa tanto la actividad especializada como el conjunto de reglas para triunfar en el terreno de la acción, sólo puede concebirse en el marco de la Politeia. Así pues, la división del trabajo y la especialización técnica fundan la Politeia griega.

Lewis Mumford, cita en las primeras líneas de su texto Técnica y Civilización, que Arnold J. Toynbee (1880) denominó por primera vez el término de “revolución industrial”, a las innovaciones técnicas que entonces habían tenido lugar en esa época.

Esta convulsión tecnológica, ocurrida durante las dos últimas centurias, ha transformado de tal manera la realidad de las sociedades occidentales que no es posible referirse a ella como un factor de cambio sino que hemos de ver en ella la esencia misma de nuestra sociedad y de nuestra cultura.

Por eso el hombre en su evolución tecnológica, tiende al desarrollo de sus capacidades a través de acciones cognitivas y de percepción sensible, en relación con su entorno y con formas mediáticas de interacción, que le permiten navegar entre dos saberes, un saber teórico y un saber práctico; cabe reflexionar que la ciencia y la técnica son dos conceptos que por su propia fusión, se dimensionan en esta tarea y operan hacia la transformación de la realidad social.

El desarrollo tecnológico, inicia con la visión del concepto de ciencia aplicada, sin embargo, el término va recuperando indistintas formas de ser apropiado, y por tanto, de contextualizar su definición como tal.

Al recopilar apuntes del Doctorado en Comunicación de la Universidad Veracruzana, el doctor Hernanz en su calidad de docente, afirma: “La tecnología es la máxima expresión del progreso, la tecnología es la ciencia aplicada, por tanto, la técnica es previa a la ciencia y la ciencia es una explicación de un sistema racional”.

Actualmente, muchos de los pensadores contemporáneos que se han preocupado por el estudio del fenómeno tecnológico, lo han redefinido como un nuevo paradigma que implica toda una reconstrucción del conocimiento y por tanto, un parte aguas en los procesos culturales, esto, nos hace reconsiderar el papel en el que deberán ocuparse las plataformas políticas en nuestros países latinoamericanos, que más que tratar de limitar a la tecnología para un fin, se deberá plantear ésta como una necesidad a priori, asimismo, contribuir a las distintas formas de extender su función, y por ende, establecer el rumbo a un mejor desarrollo de la humanidad, preservando el derecho a la salud, al medio ambiente, la paz social y el bien común.

En este proceso es indudable que se lleguen a detectar nuevos indicadores tecnológicos que llevan a delimitar nuevos problemas por resolver, especialmente aquellos que se relacionan con el conocimiento de las ciencias.

La tecnología actual, requiere del conocimiento de sus nuevas interfaces y por ende, nos sumerge a un proceso de actualización permanente, por ejemplo, podemos visualizar el contraste entre los conocedores y los no conocedores de la misma, esto conlleva, contextualmente a relaciones de poder sobre cultura tecnológica y la misma especialización de los saberes prácticos, divide o separa las acciones de los individuos dentro de las instituciones; todavía sigue marcada una enorme brecha digital entre los países del orbe, de aquellos que poseen más infraestructura tecnológica a diferencia de otros, no obstante, que los ordenadores del mundo moderno, ahora ofrecen recursos de fácil dominio y operación.

En el último cuarto del siglo XX nace la revolución electrónica, que es un sino de la filosofía pragmática estadounidense, al seno de ella, se da una ruptura en el avance tecnológico, ya que las ciencias en lo general, se ven obligadas a reestructurar sus esquemas de conocimiento, afectados por un proceso binario de interactividad digital y como corolario, a la reconstrucción de sus metodologías de enseñanza a través de nuevos sistemas formales de transmisión y distribución del conocimiento.

En esencia, se fragmentan dos tipos de medios que asumen características diferentes, por un lado, los medios tradicionales o lineales, es decir, el cine, la prensa, la radio y la televisión que siempre habían prevalecido como medios de difusión de masas, en donde la audiencia en su calidad simbólica de receptor mantuvo una acción pasiva de recepción y con una situación muy limitada de interacción ante dichos medios, y por otro lado, en el último cuarto del siglo XX avanza la tecnología “digital” que trajo por característica la interactividad.

Lo cual ofrece otras acciones sociales de intervención e involucramiento en un proceso más abierto de comunicación e información, lo que permite entender las características de estos nuevos medios, no tan sólo como simples canales de información, sino también, como herramientas de interacción y como recursos inteligentes con la finalidad de procesar auto-aprendizajes, ya que la tecnología digital fue reinventada en asociación y semejanza al cerebro humano, por lo que su estructura concibe una composición de ideas continuas (lineales) y discontinuas (por asociación de conceptos o tópicos diferentes), que aleatoriamente en ocasiones se convierten en sistemas virtuales o medios suplementarios para el aprendizaje y que configuran niveles de interacción ilimitados, según el conocimiento tecnológico de los individuos y sus experiencias ante los avances de las nuevas versiones tecnológicas.

En una aproximación sobre el concepto de las TICS, existen diversas acepciones, acerca del sentido que abarca éste término: “la tecnología es la manifestación material de la comprensión y el control humano sobre la naturaleza y éstas tienen la capacidad de producir nuevas prácticas que pueden llegar a modificar las relaciones sociales”.

La red está llevando a un cambio de paradigma. Marilyn Ferguson, fue una de las primeras personas que popularizó el concepto de red en Aquarian Conspiracy: Personal en Social Transformation In Our Time. En 1976 publicó que un cambio de paradigma implica trastorno, conflicto, confusión e incertidumbre. Los nuevos paradigmas son casi siempre recibidos con frialdad, incluso con burla u hostilidad.

El término generación de la red se refiere a la de los niños que, para 1999, tendrían edades comprendidas entre los dos y los veintidós años, no sólo aquellos que participen activamente en internet. El rasgo característico de esta generación es que éstos son los primeros niños que llegarán a la mayoría de edad en la era digital. Muchos de estos niños, en ese entonces, todavía no tenían acceso a la red, pero la mayoría demostraba cierta soltura con los medios digitales. La Generación de la Red transformará la naturaleza de la empresa y la forma de crear riqueza, a medida que su cultura se convierta en la cultura del trabajo”.

Actualmente la introducción de tecnologías de información y comunicación de base hipermedial, y en especial de internet, permiten que las redes desplieguen su flexibilidad y adaptabilidad, afirmando así su naturaleza evolutiva. Así, estas tecnologías permiten la coordinación de tareas y la gestión de la complejidad. De todo ello se deriva una combinación sin precedentes de flexibilidad y eficacia en la realización de tareas, de toma de decisiones coordinada y ejecución descentralizada, de expresión individualizada y comunicación global y horizontal. Lo que permite el desarrollo de una forma organizativa superior de la actividad humana.

En el siglo XXI, observamos dos mundos culturalmente distintos, en los dos estamos constantemente interactuando, en uno de ellos se manifiesta la comunicación interpersonal o el mundo físico (lo evidente del mundo social), donde observamos prácticas colectivas e individuales; mientras que en el otro (internet o ciberespacio), nuestra forma de comunicarnos y de enviarnos información es a través métodos virtuales, cada uno de estos procesos cotidianos va articulando una diversidad de prácticas culturales distintas en un tiempo y espacio nada ortodoxos, el intercambio, y la eficacia de los datos, y las comunicaciones que se dan entre sí, dependerán en gran medida del contexto que compartan los individuos y la afinidades de identidad tecnológica que prevalecerán entre los sujetos sociales. En cada uno de esos mundos se construyen tejidos sociales diferentes en tiempo y espacio. Así las cosas.
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