Los combatientes kurdos oponen, este martes, una dura resistencia a las fuerzas turcas y sus aliados en una ciudad clave en la frontera turco-siria, una acción que deja más de 300 muertos, desplazamientos masivos y el control de una franja fronteriza de más de 100 km por parte de los turcos.
Turquía lanzó la semana pasada (9 de octubre) una ofensiva en el norte de Siria, una zona que está en guerra contra las Unidades de Protección Popular (YPG), una milicia kurda considerada por los turcos como "terrorista".
La ofensiva turca en Siria deja, en días, 70 civiles, 135 combatientes kurdos muertos, 120 combatientes proturcos fallecidos y unas 160.000 personas desplazadas
Si bien la ciudad fronteriza de Tal Abyad cayó en manos de los turcos y de sus aliados sirios, la de Ras al Aín, a la que los kurdos llaman Siri Kani, resiste por el momento.
Usando una densa red de túneles subterráneos y trincheras, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una coalición kurdo-árabe controlada por las YPG, llevan varios días defendiendo la ciudad.
Las FDS "lanzaron en la noche del lunes un contraataque masivo contra las fuerzas turcas y sus aliados sirios cerca de Ras al Aín", dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que tiene una extensa red de informantes en el país. Un corresponsal de la AFP en la región confirmó que el martes seguían los enfrentamientos alrededor de la ciudad.
Al mismo tiempo, las fuerzas del régimen de Bashar al Asad se desplegaron para contrarrestar la ofensiva, en virtud de un acuerdo celebrado el domingo con los kurdos para contener la ofensiva turca. El ejército sirio tomó control total de la ciudad de Manjib y sus alrededores, informó este martes el ministerio de Defensa de Rusia, país aliado del gobierno.
Rusia dijo que no permitirá enfrentamientos entre Turquía y Siria, en medio de la ofensiva. "Esto sería simplemente inaceptable", dijo Alexander Lavrentiev, enviado especial ruso para Siria.
Escenario de pesadilla
Turquía desea crear una ‘zona de seguridad’ de 30 km a lo largo de su frontera para mantener a las fuerzas kurdas a distancia y repatriar una parte de los 3,6 millones de refugiados sirios que están en su territorio.
En siete días, la ofensiva dejó 70 civiles y 135 combatientes kurdos muertos, según el OSDH, que también reportó que en los enfrentamientos murieron 120 combatientes proturcos. Unas 160.000 personas han sido desplazadas, de acuerdo con la ONU.
"La situación de los desplazados internos ha empeorado en las zonas afectadas por la agresión turca, con el cese total de la ayuda humanitaria, el cese de las actividades de todas las organizaciones internacionales y la retirada de sus empleados", aseguró en un comunicado la administración semiautónoma kurda.
El lunes, la organización internacional Mercy Corps anunció "la suspensión de sus operaciones en el noreste de Siria y la evacuación de su personal internacional". "Es un escenario de pesadilla. Hay decenas de miles de personas que huyen", dijo Made Ferguson, directora adjunta de la entidad en Siria.
Al referirse a Turquía, Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, advirtió este martes que "las ejecuciones sumarias constituyen violaciones graves y pueden constituir un crimen de guerra".
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